ENTREVISTAS

Avelina Prat — «No quería parecer una extranjera hablando de Portugal»

Conversamos con la directora de ‘Una quinta portuguesa’ sobre cómo España vive de espaldas a su vecino país, las posibilidades de conexión con las otras personas, el imaginarse experimentando otra vida, las segundas oportunidades en la edad madura y las puestas en escena a escala humana.

Eulàlia Iglesias

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Existe toda una tradición de cineastas europeos que han incorporado la fascinación por Portugal en sus películas, desde Aki Kaurismäki (que incluso vive medio instalado en el país) a Wim Wenders (cómo olvidar El estado de las cosas o Lisboa Story) pasando por Alain Tanner (En la ciudad blanca sigue siendo la película que mejor recoge el embrujo que provoca la capital portuguesa) y Eugène Green. Pero, a pesar de la vecindad con el país luso (o precisamente por eso), es más difícil encontrar ese vínculo desde el cine español. Una quinta portuguesa, el segundo largometraje de Avelina Prat, rompe con esta tendencia con una propuesta que arranca un poco a la manera de estos grandes títulos del cine europeo. El protagonista, Fernando (Manolo Solo), un profesor de geografía en crisis, inicia un viaje sin destino claro y acaba entregándose a la fascinación por Portugal, en este caso por el encanto que desprende una antigua casa señorial donde entra a trabajar, y por las relaciones que establece con su propietaria, una mujer como de otra época a quien encarna María de Medeiros.

Tras sorprendernos con Vasil (2022), Avelina Prat se reafirma como uno de los nombres más estimulantes del cine español. La directora valenciana trabajó diez años como arquitecta antes de adentrarse en el mundo del cine, donde se foguea haciendo de script para cineastas tan diversos como Javier Rebollo, Víctor García León, David Trueba, Sigfrid Monleón, Adán Aliaga, Fernando Trueba, Cesc Gay, Manuel Martín Cuenca o Lucile Hadzihalilovic. La obra de Prat resulta difícil de encajar en las tendencias más evidentes del cine de autor contemporáneo. Sin estridencias, la directora de Una quinta portuguesa está desarrollando una carrera singular centrada en personajes de mediana edad que establecen conexiones inesperadas que les cambian la vida, personajes que se mueven por escenarios que parecen de nuestra época. Un cine a escala humana y con un encanto inesperado, que esconde detrás de su transparencia acogedora una idea clara de cómo entender el guion y la puesta en escena.

Hablamos con Avelina Prat con motivo de la presentación de Una quinta portuguesa en el BCN Film Fest.

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