Crítica — Diamante en bruto: Quiero ser la Kim Kardashian francesa
Agathe Riedinger debuta en el largo con una actualización para el siglo XXI de ‘Rosetta’, con una protagonista que encarna la obsesión actual por encajar en las formas mediatizadas de hiperfeminidad.
Eulàlia Iglesias 17 de julio 2025

Diamante en bruto (Diamant brut)
Año 2024
País França
Dirección Agathe Riedinger
Guion Agathe Riedinger
Producción Silex Films
Reparto
Malou Khebizi
Idir Azougli
Andréa Bescond
Ashley Romano
Fotografía Noé Bach
Montaje Lila Desiles
Música Audrey Ismaël
Distribución Caramel Films
Duración 103 minutos
Fecha de estreno 18 de julio de 2025
Sinopsis
Liane, de 19 años, atrevida y tenaz, vive con su madre y su hermana pequeña bajo el sol polvoriento de Fréjus, en la Provenza. Obsesionada por la belleza y la necesidad de ser alguien, ve en los realities la oportunidad de ser amada... El destino le
sonríe cuando se presenta para participar en ‘La isla de los milagros’.
Diamante en bruto (Diamant brut)
Año 2024
País França
Dirección Agathe Riedinger
Guion Agathe Riedinger
Producción Silex Films
Reparto
Malou Khebizi
Idir Azougli
Andréa Bescond
Ashley Romano
Fotografía Noé Bach
Montaje Lila Desiles
Música Audrey Ismaël
Distribución Caramel Films
Duración 103 minutos
Fecha de estreno 18 de julio de 2025
Sinopsis
Liane, de 19 años, atrevida y tenaz, vive con su madre y su hermana pequeña bajo el sol polvoriento de Fréjus, en la Provenza. Obsesionada por la belleza y la necesidad de ser alguien, ve en los realities la oportunidad de ser amada... El destino le
sonríe cuando se presenta para participar en ‘La isla de los milagros’.
Más de un año después de su estreno en el Festival de Cannes, y en plenas rebajas de verano (los distribuidores a veces también esperan que algunos filmes bajen sus tarifas para poder adquirirlos a precios asequibles), nos llega Diamante en bruto, una de las cuatro películas firmadas por una mujer que compitieron por la Palma de Oro en la edición 2024 del certamen francés, y la que pasó más desapercibida, a la sombra de La sustancia de Coralie Fargeat, Bird de Andrea Arnold y La luz que imaginamos de Payal Kapadia, a pesar de que se trataba de la única ópera prima de la selección.
El debut al largometraje de la francesa Agathe Riedinger expande su corto J’attends Jupiter (2017), en torno a una joven de clase obrera que ve en la participación en un programa de telerrealidad el único camino al ascenso y al reconocimiento social que tanto anhela. El filme también recoge una inquietud que la directora plasmaba en otro corto, Ève (2019), la obsesión contemporánea de las mujeres, mayores o jóvenes, por la belleza y la imagen. Aquí es Liane, una chica de 19 años que vive en los suburbios de la pequeña ciudad provenzal de Frejús, y que tiene un cuidado obsesivo de su apariencia. En este aspecto, Diamante en bruto recoge, como pocos filmes han hecho hasta ahora, una característica clave de la cultura juvenil femenina del siglo XXI: el papel que juega la construcción de la propia imagen, mediatizada por las redes sociales. Y lo que esto implica: desde la pericia en todo lo que tiene que ver con los productos cosméticos hasta los procesos para cuidar el cuerpo y el rostro, para someterlos, si se considera, a las modificaciones necesarias para que encajen en los cánones establecidos. Para Liane, las redes suponen un acceso a una idea de éxito que las instituciones tradicionales no le ofrecen. Sus publicaciones acaparan miles de likes y le acaban suponiendo una invitación para que participe en un programa de telerrealidad de amplia audiencia.