Crítica — Dying For Sex: Sexo, orgasmos y metástasis
Michelle Williams deslumbra en esta miniserie que se atreve a combinar drama y comedia, enfermedades incurables y prácticas sexuales heterodoxas, y que coloca en su centro una historia de amor y amistad femenina tan fuerte que parece retar a la propia muerte.
María Adell Carmona 10 de julio 2025

Dying for sex
Año 2025
País EE. UU.
Creadoras
Elizabeth Meriwether
Kim Rosenstock
Producción
Pasta with Sauce
Elizabeth Meriwether Pictures
Wondery
20th Television
Reparto
Michelle Williams
Jenny Slate
Sissy Spacek
Esco Jouley
Rob Delaney
Jay Duplass
Fecha de estreno 4 de abril de 2025
Distribuidora Disney+
Sinopsis
Cuando a Molly le diagnostican cáncer de mama metastásico, decide dejar a su marido y, por primera vez en su vida, empieza a explorar la amplitud y complejidad de sus deseos sexuales. Tiene mucho que hacer en el poco tiempo que le queda. No hay tiempo para escandalizarse ni para juzgar a nadie, así que le importa poco lo que piensen de su lista de cosas por hacer antes de morir.
Dying for sex
Año 2025
País EE. UU.
Creadoras
Elizabeth Meriwether
Kim Rosenstock
Producción
Pasta with Sauce
Elizabeth Meriwether Pictures
Wondery
20th Television
Reparto
Michelle Williams
Jenny Slate
Sissy Spacek
Esco Jouley
Rob Delaney
Jay Duplass
Fecha de estreno 4 de abril de 2025
Distribuidora Disney+
Sinopsis
Cuando a Molly le diagnostican cáncer de mama metastásico, decide dejar a su marido y, por primera vez en su vida, empieza a explorar la amplitud y complejidad de sus deseos sexuales. Tiene mucho que hacer en el poco tiempo que le queda. No hay tiempo para escandalizarse ni para juzgar a nadie, así que le importa poco lo que piensen de su lista de cosas por hacer antes de morir.
Es difícil que este año se vaya a estrenar una serie más descarada, desprejuiciada y provocadora que Dying For Sex. Su punto de partida podría definirse como extremadamente creativo si no fuera porque está basado en un hecho real: cuando a Molly Kochan ls diagnostican cáncer de mama en estadio IV, decide abandonar su infeliz matrimonio y embarcarse en una odisea de exploración sexual con el apoyo incondicional de su mejor amiga, Nikki, durante el poco tiempo que le queda de vida. Las creadoras de esta sorprendente miniserie, Elizabeth Meriwether (New Girl, The Dropout) y Kim Rosenstock (Solo asesinatos en el edificio, GLOW) se han basado, muy libremente, en el podcast homónimo que protagonizaban las auténticas Molly, que murió de cáncer de pecho a los 45 años, y Nikki. En él ambas hablaban, con mucho sentido del humor, sobre cómo la primera combinaba sus atrevidas aventuras sexuales con el complicado tratamiento que seguía para aplacar los efectos de la enfermedad. Dying For Sex se basa, pues, en una aparente contradicción: su personaje central, Molly, es una mujer que, en el camino hacia su propia desaparición, desarrolla un extraordinario e insaciable apetito por la vida. La serie está a la altura del deseo de exploración sexual de la protagonista y de su estado de excitación perpetua: es improbable que vayamos a volver a ver (al menos en breve) en la ficción serial norteamericana un catálogo tan amplio y heterodoxo de filias y prácticas sexuales, abordadas además no desde una mirada escandalizada, sino empática y libre de prejuicios. En Dying For Sex se nos revelan las bondades de ciertas prácticas BDSM y de sumisión y dominio sexual, y se nos ilumina en la utilización de juguetes eróticos como los dildos, vibradores, las jaulas de pene o los plugs anales. Para que quede absolutamente claro, si es que aún había alguna duda, esta es una serie que incluye una escena gráfica de lluvia dorada en la que la protagonista orina de pie sobre un hombre vestido de perro.