Crítica — Los Tortuga: Con la casa (y el desarraigo, y la precariedad) a cuestas
Tras ‘La hija de un ladrón’, con la que ganó el Goya a la mejor dirección novel, Belén Funes deslumbra con su segunda película, ‘Los Tortuga’. Este drama, filmado entre Barcelona y Jaén, presenta en su centro una intensa y compleja relación maternofilial atravesada por cuestiones de clase, por la precariedad económica y habitacional, y por sentimientos de duelo y desarraigo. El film, que se presentó internacionalmente en el Festival de Toronto y fue premiado en el Festival de Málaga, supone una ampliación y profundización de algunos de los temas abordados por la cineasta en su ópera prima, y cuenta con una impactante interpretación de la actriz chilena Antonia Zegers.
Los Tortuga
Año 2024
País
España
Chile
Dirección Belén Funes
Guion
Belén Funes
Marçal Cebrián
Producción
Oberon Media
La Claqueta PC
La Cruda Realidad
Los Tortuga La Película AIE
Quijote Films
Reparto
Antonia Zegers
Elvira Lara
Mamen Camacho
Nora Sala-Patau
Pedro Romero
Fotografía Diego Cabezas
Montaje Sergio Jiménez
Música Paloma Peñarrubia
Distribución A Contracorriente Films
Duración 110 minutos
Fecha de estreno 23 de mayo de 2025
Sinopsis
Delia y su hija Anabel afrontan de forma muy distinta el duelo por el padre. Entre los campos de olivos de Jaén y las calles de Barcelona, las dos mujeres se enfrentarán a la incertidumbre de su futuro haciendo equilibrios entre el amor y el dolor, la ternura y la dureza.
Los Tortuga
Año 2024
País
España
Chile
Dirección Belén Funes
Guion
Belén Funes
Marçal Cebrián
Producción
Oberon Media
La Claqueta PC
La Cruda Realidad
Los Tortuga La Película AIE
Quijote Films
Reparto
Antonia Zegers
Elvira Lara
Mamen Camacho
Nora Sala-Patau
Pedro Romero
Fotografía Diego Cabezas
Montaje Sergio Jiménez
Música Paloma Peñarrubia
Distribución A Contracorriente Films
Duración 110 minutos
Fecha de estreno 23 de mayo de 2025
Sinopsis
Delia y su hija Anabel afrontan de forma muy distinta el duelo por el padre. Entre los campos de olivos de Jaén y las calles de Barcelona, las dos mujeres se enfrentarán a la incertidumbre de su futuro haciendo equilibrios entre el amor y el dolor, la ternura y la dureza.
Una cámara al hombro, moviéndose, nerviosa, alrededor de diversas personas que trabajan en un campo de olivos, abre la espléndida segunda película de la barcelonesa Belén Funes. El aliento documental de esta escena inaugural sitúa Los Tortuga en clara sintonía con el tono naturalista y el irrenunciable compromiso con la realidad, de vocación dardenniana, que destilaba su excelente ópera prima, La hija de un ladrón, por los cuatro costados. Los Tortuga se inicia, pues, con una larga escena en la que una familia de Jaén (madres, padres, tíos, tías, primos, primas) recoge manualmente los oscuros y pequeños frutos de un olivar, árbol por árbol. Entre las personas que recolectan se encuentra Anabel (la debutante Elvira Lara), una chica de 18 años que acaba de entrar en la universidad y que, pronto sabremos, está escindida en dos, como les pasa a todas las personas que han migrado, o que son hijas de migrantes: entre Jaén, la tierra de su padre, recientemente fallecido, y Barcelona, la ciudad en la que vive con su madre, Delia (una descomunal Antonia Zegers), que trabaja como taxista y que hace años decidió abandonar (o tal vez no tuvo más remedio) su Chile natal.