Crítica — On Falling: Supervivencia gris en la era del turbocapitalismo
En ‘On Falling’, la actriz Joana Santos da vida a una inmigrante con pocas oportunidades para escapar de la precariedad.
Marla Jacarilla
18 de septiembre 2025

On Falling
Año 2024
País Reino Unido
Dirección Laura Carreira
Guion Laura Carreira
Producción
Sixteen Films
BRO Cinema
Reparto
Joana Santos
Inês Vaz
Neil Leiper
Leah MacRae
Piotr Sikora
Fotografía Karl Kürten
Montaje Helle le Fevre
Música Ines Adriana
Distribución Vértigo
Duración 104 minutos
Fecha de estreno 19 de septiembre 2025
Género Drama
Sinopsis
Aurora es una inmigrante portuguesa que trabaja escaneando productos en un almacén en Escocia. Sumida en una espiral de precariedad, resiste ante la soledad, soporta las presiones del trabajo y lucha por conseguir una vida mejor.
On Falling
Año 2024
País Reino Unido
Dirección Laura Carreira
Guion Laura Carreira
Producción
Sixteen Films
BRO Cinema
Reparto
Joana Santos
Inês Vaz
Neil Leiper
Leah MacRae
Piotr Sikora
Fotografía Karl Kürten
Montaje Helle le Fevre
Música Ines Adriana
Distribución Vértigo
Duración 104 minutos
Fecha de estreno 19 de septiembre 2025
Género Drama
Sinopsis
Aurora es una inmigrante portuguesa que trabaja escaneando productos en un almacén en Escocia. Sumida en una espiral de precariedad, resiste ante la soledad, soporta las presiones del trabajo y lucha por conseguir una vida mejor.
Aurora se levanta cada mañana temprano para ir a trabajar a unos laberínticos almacenes, donde transcurre su jornada laboral. Allí recorre los pasillos una y otra vez, mientras escanea productos sin cesar y los deposita en su carro. Su trabajo es repetitivo, alienante y agotador. La banda sonora de su vida es el pitido constante del lector de códigos de barras. Si su productividad baja, el supervisor le llama la atención, su máquina de escaneo empieza a pitar y corre el riesgo de ser despedida. Si su productividad está por encima de la media, le dan una palmadita en la espalda y una miserable chocolatina. Una recompensa de mierda por hacer bien un trabajo de mierda. Más allá de esto, no parece haber mucho más.
Cuando no está trabajando, Aurora hace la colada, come un plato de pasta con tomate, fija la vista en la pantalla de su teléfono móvil, duerme. Por desgracia, no se puede permitir el lujo de tener aficiones o inquietudes. La mayor parte del día, Aurora está en silencio. Como mucho, mantiene una charla breve y anodina con sus compañeros y compañeras de trabajo durante la comida. Sus rutinas se repiten un día tras otro, sin muchas esperanzas de mejora en el horizonte. Aurora vive en Escocia, pero en realidad es de Portugal. Se ve obligada a compartir piso con varias personas más a las que apenas conoce. Su habitación se abre con llave y en el piso ni siquiera hay salón, lo convirtieron en otra habitación, para así sacar más dinero con el alquiler. El único espacio común es la cocina, donde a veces mantiene breves conversaciones con el resto de habitantes de la casa; también inmigrantes, como ella.
Aurora conserva una ínfima esperanza de conseguir un trabajo mejor, pero por el momento su economía es extremadamente precaria. Tanto, que si se le rompe el teléfono y necesita repararlo, ya no puede pagar la factura de la luz. Trabaja duro, pero aun así el umbral de la pobreza la acecha constantemente, cual espada de Damocles. Pero por supuesto, Aurora no es la única. Millones de personas tienen un trabajo precario; no sólo en Escocia, sino en todo el mundo. Millones de personas, al igual que ella, se ven obligadas a disimular, a ocultar su precariedad, a aparentar normalidad en un mundo cada vez más salvaje, cada vez más inhabitable.