Crítica — The Mastermind: Atraco imperfecto
Las admiradoras de la norteamericana Kelly Reichardt ('First Cow', 'Certain Women'), una de las cineastas más importantes de las últimas tres décadas, estamos de enhorabuena. Su anterior película, ‘Showing Up’ (2022), no se estrenó en España, pero ‘The Mastermind’, una antipelícula de robos ambientada en la década de los setenta e interpretada por el omnipresente Josh O’Connor, se estrena esta semana tras competir en la sección oficial del pasado Festival de Cannes.
María Adell Carmona
30 de octubre 2025
The Mastermind
Año 2025
País Estados Unidos
Dirección Kelly Reichardt
Guion Kelly Reichardt
Producción
Film Science
Mubi
Reparto
Josh O’Connor
Alana Haim
Bill Camp
Hope Davis
Fotografía Christopher Blauvelt
Montaje Kelly Reichardt
Distribución Mubi
Duración 110 minutos
Fecha de estreno 31 de octubre de 2025
Género Drama criminal
Sinopsis
1970. En un tranquilo rincón de Massachusetts, JB Mooney (Josh O'Connor), un carpintero en paro, se convierte en un ladrón de arte y organiza un audaz atraco. Mooney y dos cómplices entran en un museo a plena luz del día y roban cuatro cuadros. Pero conservar las obras resultará más difícil que robarlas y Mooney se verá obligado a vivir como un fugitivo.
The Mastermind
Año 2025
País Estados Unidos
Dirección Kelly Reichardt
Guion Kelly Reichardt
Producción
Film Science
Mubi
Reparto
Josh O’Connor
Alana Haim
Bill Camp
Hope Davis
Fotografía Christopher Blauvelt
Montaje Kelly Reichardt
Distribución Mubi
Duración 110 minutos
Fecha de estreno 31 de octubre de 2025
Género Drama criminal
Sinopsis
1970. En un tranquilo rincón de Massachusetts, JB Mooney (Josh O'Connor), un carpintero en paro, se convierte en un ladrón de arte y organiza un audaz atraco. Mooney y dos cómplices entran en un museo a plena luz del día y roban cuatro cuadros. Pero conservar las obras resultará más difícil que robarlas y Mooney se verá obligado a vivir como un fugitivo.
La escena de apertura de Meek’s Cutoff mostraba a un grupo de colonos del lejano Oeste llevando a cabo acciones cotidianas: atravesar un río, lavar los platos, tender la ropa. La atención prestada a actividades que, habitualmente, eran elididas en películas más convencionales, el ritmo pausado y moroso de esta secuencia inicial y, en especial, el uso del formato cuatro tercios (en lugar del panorámico, habitual en los films que narraban la “conquista” del Oeste como una gesta épica) permitía definir esta obra maestra de Kelly Reichardt (al igual que otra de sus obras mayores, First Cow) como una suerte de antiwestern, una deconstrucción radical de un género firmemente arraigado en el imaginario norteamericano.
The Mastermind, la nueva, excelente y exigente película de Reichardt, una directora con una mirada insobornable, que lleva produciendo films absolutamente personales (Old Joy, Wendy & Lucy, Certain Women, o la ya mencionada First Cow) desde su debut con River of Grass (1994), contiene abundantes elementos de sus films previos. En primer lugar, está la revisión de un género cinematográfico, en este caso, el género criminal en su vertiente de película de robos. Si Meek’s Cutoff podía definirse como un antiwestern, The Mastermind, con su trama sobre JB Mooney (un inspiradísimo Josh O’Connor), un padre de familia y carpintero en paro de una pequeña ciudad de Massachusetts que decide robar unas pinturas de arte abstracto de un museo local, se sitúa en las antípodas de la sofisticación formal y narrativa de películas como la saga Ocean’s Eleven. Si en films como los de Soderbergh, así como en los referentes previos en los que este se basa, el clímax suele coincidir con el éxito de un épico acto criminal que parecía imposible de ejecutar, a Reichardt parece interesarle mucho más qué pasa después del crimen que el crimen en sí, llevado a cabo durante el primer acto del film con una combinación irresistible de languidez narrativa y tonal, amateurismo un tanto chapucero y comedia física.