D’A 2025 — Primeras impresiones de un festival inagotable
La edición del D’A Film Festival Barcelona de este año es la primera en la que la presencia de películas dirigidas por mujeres es tan grande que resulta completamente imposible llegar a verlas todas. Muchas de ellas son de nuevas realizadoras desconocidas, lo que nos obliga a escoger siguiendo la magnífica guía Filmtopia redactada por Eulàlia Iglesias, un instrumento imprescindible para orientarse en el laberinto de títulos que ofrece el certamen.

De lo visto hasta el martes 1 de abril, me quedo con cinco películas: una de Direccions, dos de Radar y dos de Talents. Además de la siempre interesante sección Un impulso colectivo, que dirige Carlos Losilla, y el experimento de Simfonies de ciutat, que surge de la colaboración del CCCB con Dones Visuals.
La próxima semana, publicaremos una crónica de lo que ha dado de sí la segunda parte del festival, además de compartir la experiencia de la clase magistral de Joanna Hogg, una de las galardonadas con un Premio D’A este año.
Cinco títulos de tres secciones
La prisonnière de Bordeaux, Patricia Mazuy – Direccions
Patricia Mazul tiene 65 años y comenzó su carrera como montadora en una película emblemática: Sin techo ni ley, de Agnès Varda. En 1989 debutó como realizadora con Peaux de vaches y, desde entonces, ha dirigido varios documentales y cuatro películas que no se han estrenado en España. En ediciones anteriores del D’A se han podido ver dos de sus films: Paul Sanchez est revenu! en el 2018 y Bowling Saturne en el 2022. Este año presentaba su último trabajo, La prisonnière de Bordeaux, un film que ella misma define como “dulce”. Y, efectivamente, lo es, aunque de una dulzura un poco amarga y melancólica, a pesar del empecinado optimismo que intenta transmitir una de sus protagonistas, Isabelle Huppert, en el papel de Alma Lund, una mujer de la alta burguesía casada con un neurocirujano que cumple condena por un accidente de coche con terribles consecuencias. Durante sus visitas a la cárcel, Alma conocerá a Mina (Hafsia Herzi), una mujer completamente distinta a ella. Es de origen árabe, trabaja como planchadora, tiene dos criaturas y su marido cumple condena por robo. Estas dos mujeres tan alejadas entre sí conseguirán crear el espejismo de una familia durante el tiempo que dura la confianza entre ellas. Pero el cine de Patricia Mazuy nunca es complaciente y, por eso, lleva a sus protagonistas al terreno de la realidad, donde las cosas no son tan idílicas como Alma pretende que sean. El tándem Huppert-Herzi funciona perfectamente tanto en sus interaccinoes como en los espacios vitales que cada una ocupa al margen de la otra. Una historia de amistad y confianza (o falta de ella) que merecería ser estrenada en nuestras salas.