Lone Scherfig — Una contadora de historias
Acostumbrada a trabajar en distintos países y cinematografías, la veterana directora danesa Lone Scherfig se atrevió a ponerse al frente de una película chilena, de producción española y con actores internacionales.
Lone Scherfig es una de las más veteranas y sólidas directoras de cine europeas. Cuando se estrenó su último film, La contadora de películas, adaptación de una novela de Hernán Rivera Lettelier, que el 11 de julio cumplió 74 años, Filmtopia aún no existía, pero ya estábamos trabajando en la web, por eso aprovechamos que la directora danesa estuvo en Barcelona el pasado mes de octubre, para hacerle una larga entrevista repasando sus casi cuarenta años de profesión, desde que empezó en su Dinamarca natal de la mano del movimiento Dogma 95 de Lars Von Trier, hasta este precioso cuento de cine que es La contadora de películas, una historia que ha cautivado a muchos lectores desde su publicación hace ahora quince años.
Cuarenta años dirigiendo cine
El próximo año cumpliré cuarenta años trabajando como directora. Empecé en Escandinavia, donde era bastante fácil porque había subvenciones del estado y muchos apoyos. Pero en los últimos veinte años he trabajado en distintos países, la última vez en Chile y aquí en España. Creo que hasta hace cinco años no pasó nada demasiado relevante en el cine hecho por mujeres. En los últimos cinco años hay muchas nuevas historias que contar. Como en el resto de la sociedad, ha habido grandes cambios culturales, muy rápidos que, obviamente, he sentido en la manera en que busco el material y pienso los personajes.
Dogma 95
Creo que queda en mí mucho de la manera de mirar los obstáculos como posibilidades y, la manera de trabajar sin ningún proteccionismo en el punto de vista, me dio mucha confianza porque las películas Dogma que hice tuvieron mucho éxito siendo películas muy personales. Me hizo confiar en mi voz como directora. Pero en los últimos años puedes ver que ya no formo parte de aquello, es más una manera de pensar que una manera de rodar. Tecnológicamente es mucho más fácil que antes, cualquiera puede filmar con su móvil. Los efectos de cámara en mano, los temblores, la imagen borrosa, el sonido malo, era una forma artística en su tiempo, pero ahora simplemente parecen malos films. Pero las historias siguen siendo bonitas.
A veces, cuando trabajo con gente me dice que, incluso aunque haga un tipo de cine muy diferente, siente que viene de ese background. Antes del Dogma había un background mucho más clásico, académico. Pero Dogma nos liberó. Siento que hay cineastas que pueden hacer lo mismo, especialmente cineastas jóvenes que pueden tener tiempo para encontrar su voz.
No había muchas mujeres, algunas. Creo que llegó a haber 52 proyectos Dogma, creo que había algunas mujeres danesas, pero no estoy segura. No creo que se pudiera hacer de nuevo. Creo que alguien debería inventar algo nuevo, algo que inspire y libere el talento en el mismo sentido. Hay que sacudir el árbol de nuevo y crear grupos porque te ayuda mucho tener grupos de colaboración.
Italiano para principiantes
Fue un film muy comercial que me permitió financiar las siguientes películas que hice. Fue una sorpresa que a la gente le gustara y que diera dinero. El productor y distribuidor británico Jeremy Thomas me dijo una vez: “Después de un éxito, suelen venir dos fracasos”. Me dijo lo mismo después de hacer An Education. Pero siempre me apoyó y me animó artísticamente para pensar las cosas a mi manera.
An Education
Me gustó el retrato de un sociópata. Hubo varios directores que renunciaron al guion antes que yo. Estaba en una lista negra, que es una lista de guiones no producidos. Y cuando lo leí, pensé que su pérdida de la inocencia y su enamoramiento son por seguir a un sociópata. Sentí que era algo que podía ser interesante tratar. Y también el tiempo en que pasa, ella y yo tenemos cosas en común. Ir a París, siendo bastante ingenua y empezar a abrir tus los ojos. También tiene algo en común con La contadora de películas, con esa mujer joven que quiere tener el control de su vida y tendrá el control de su vida pero tiene que luchar porque no hay modelos para ella.
Personajes femeninos
Cuando era más joven, las primeras cinco o seis películas que hice eran sobre hombres. Pero ahora que tengo más distancia y ya no soy una mujer joven, las puedo retratar mejor, las puedo ver a todas desde fuera. Y me doy cuenta de que la chica en An Education, Anne Hathaway en One Day, Lauren en The Riot Club, Katherine en Su mejor historia y ahora María Margarita, tienen todas cosas en común: son valientes, les gusta contar historias o escribir guiones, varias de ellas son escritoras en las películas. Siempre pienso que estas películas no hablan de mí, prefiero retratar a alguien que está fuera de mí, pero desde luego tengo cosas en común con ellas. Lo que pasa es que nunca me había dado cuenta y, en realidad, todavía no estoy segura.
Respetar el guion
Estos guiones no los he escrito yo, los guiones que yo he escrito eran principalmente sobre hombres. Si siento una relación con el guion, si y siento que puedo aportar algo a ese guion y hacer justicia a lo que está escrito, si pienso que soy mejor directora no puedo coger el trabajo del guionista y empezar a cambiarlo y hacer algo diferente. Lo más importante para mí es que realmente te guste el guion, respetes al guionista y puedas ser leal al hacer tu trabajo.
La novela y el guion
Leí el guion antes. Estaba escrito primero por Walter Salles, después Isabel Coixet y, al final, Rafa Russo, que escribió muchos borradores conmigo. Yo no escribía, pero estuve hablando mucho con él. En cierto momento, leí la novela, para ver si nos habíamos olvidado de algo, si había algo que pudiéramos sacar. Pero el libro es mucho más seco, minimalista, es solo una cara de la ciudad minera, es una mirada sobre el lugar muy diferente. El libro tenía que ser una película. Cuando lees el libro sientes que el cine es mucho mejor para contar esta historia. A Hernán Rivera Letelier (autor) le gusta la película, lo que significa mucho para nosotros.
Un casting variado
Para poder financiar el proyecto hay que tener actores europeos para poder pedir los fondos europeos. Creo que Antonio de la Torre fue el primero, no le conocía bien pero cuando vi alguno de sus trabajos me di cuenta de que es un actor magnífico, es realmente extraordinario. En paralelo, íbamos haciendo el casting de los niños, de los niños chilenos con un director de casting en Barcelona y otro en Santiago que trabajaban juntos. Vimos a muchos niños, muchos de ellos, o casi todos, ya eran profesionales, tenían una experiencia en televisión y habían rodado antes, lo que hizo mi vida más fácil.
El rodaje de La contadora de películas
Creo que tuve 36 días, o algo parecido. Pero todo en La contadora de películas pasa en la misma localización, en la misma ciudad minera. Eso ayuda porque no teníamos que perder tiempo moviéndonos en diferentes localizaciones. Fue muy intenso, fue un rodaje muy intenso con muchos problemas. Pero sigo pensando que la película tiene una ligereza que me gusta mucho.
Para alguien que dirige el tiempo es esencial. Es lo más importante de todo, más que el dinero. Creo que ahora lo que quiero es tiempo, tener un equipo más pequeño, no quiero dinero para vestuario o iluminación, pero sí que necesito tiempo. Ahora, en los últimos años, estás bajo mucha más presión del tiempo cada vez tienes menos tiempo para rodar. Me parece Creo que para la gente joven es más difícil de manejar porque ahora hay que tomar muchas decisiones muy deprisa.
Ética en el montaje
El libro La contadora de películas es mucho más brutal, muchísimo más brutal. Tengo una colega que se llama Isabella Eklöf que ha dirigido Border, una película sueca muy rara, y que fue a muchos festivales. Almorcé con ella y acababa de hacer una película donde se veía una violación en tiempo real. Ella pensaba que era la única manera de rodar una violación, de enseñarla, sin acortarla en el tiempo. En La contadora de películas ni siquiera lo ves. Tuvimos muchas conversaciones sobre cómo rodarlo y cómo montarlo. Al final sacamos el plano en el que el hombre que viola a María Margarita le pone la mano en la cabeza, lo quitamos porque algunas personas encontraron que era demasiado que, aunque era un gesto muy pequeño, sugería muchas cosas. Ahora lo dejamos todo a la imaginación. También tuvimos muchas conversaciones sobre si ella debía coger el dinero de la violación. Vuelve a su casa donde ganará algo de dinero contando la película, la historia cambiaba completamente. Teníamos un plano donde se le ve salir de la casa con veinte pesos en la mano. Se produjo una conversación moral sobre si manteníamos ese plano en la película, ella podía coger el dinero porque en realidad es muy pobre y el dinero es el dinero, o la querrías más si no cogiera el dinero. Es interesante tener estas conversaciones éticas en la sala de montaje. Al final lo sacamos todo, pero aún me siento insegura de cuál era la forma más auténtica y verdadera de hacerlo.
Mi hija tiene 29 años y se sintió realmente conmovida y comprometida con la película. Desde luego, cuando me siento con el público, puedo sentirlo. Pero mi única brújula moral es algo que pueda sostener cuando estoy trabajando. En esta historia, La contadora de películas, hay que tener esto controlado, como las circunstancias políticas, porque de lo contrario la película se hace poco profunda. La violación en el libro… Volvimos a leer la escena de la violación en el libro antes de empezar a rodar y nos quedamos pensando que eso no era lo que queríamos hacer en el film.
La estructura de La contadora de películas
La estructura es un poco diferente a la de una película convencional. No tiene eso tan americano de: “quién quiere qué y cómo hará para conseguirlo”. Es una película que se rompe por la mitad, como una mariposa, tiene un ala infantil y luego se rompe en la que vemos una familia disfuncional y, en la segunda parte, vemos un país disfuncional. Luché un poco con la estructura en el montaje para conseguir que se sintiera como una única historia. También porque la historia de la madre y la hija es muy significativa en la primera parte, el conflicto y el misterio de una mujer como la madre de María Margarita y, en cambio, en la segunda parte, tiene mucho menos significado. Yo sugerí el final, que no existe en el libro, y eso permite cerrar mejor el círculo de la historia de la madre y la hija.
La selección de películas que se cuentan
La película de John Wayne, El hombre que mató a Liberty Valance, está en el libro, pero los otros clips que hay en la película los sugerí yo, o los sugirieron los guionistas, o podríamos conseguir los derechos. Fue muy difícil, así que tuvimos que trabajar con la realidad. Creo que Senderos de gloria, la película de la Primera Guerra Mundial, también está en el libro, no me acuerdo. Tenían que ser películas a las que tuviéramos acceso, películas que me gustaran y que el escritor pudiera ver que funcionaban. Pero también tenían que ser películas que se hubieran podido ver y que realmente se vieron en Pedro Valdivia, donde está el cine real en el que rodamos.
Hablamos de muchísimas películas. Rocco y sus hermanos estuvo mucho tiempo, también Doctor Zhivago. Pensaba que la nieve en medio del desierto podría estar bien, las escenas de invierno en Doctor Zhivago serían un contraste fantástico. Hay muchos clips y me gustan mucho. Me encantan esas películas, son las películas de mi infancia.