Helen Mirren — Larga vida a la reina

El 24 de septiembre de 2006 se publicaba en The New Yorker un extenso y excelente perfil de Helen Mirren con un muy adecuado título: “Command Performance”. La autoridad y el control que emanaban de cada interpretación de Mirren (quien, desde 2003, poseía además el título honorífico de Dame) parecieron concretarse en 2006 debido a una feliz coincidencia: el estreno, ese mismo año, de dos obras audiovisuales protagonizadas por personajes claves en su carrera como actriz y en su imagen como estrella. Por un lado, la séptima y última temporada de la pionera serie policíaca británica Principal sospechoso (Prime Suspect, 1991-2006), creada por Lydia La Plante, por la que Mirren ganó dos Emmys, y, por otro, la exitosísima película The Queen, dirigida por Stephen Frears, que le hizo ganar su primer y único Óscar. En una curiosa conexión entre ambas obras, la inspectora jefa Jane Tennison (Mirren), protagonista absoluta de Principal sospechoso, tenía una línea de diálogo en el último episodio de la serie que podría resonar ahora como un guiño inconsciente a la propia carrera de la actriz: “Don’t call me ‘Madam’. I’m not the bloody Queen!” («No me llames ‘señora’. ¡No soy la maldita reina!»)