Un destino común — El poder de la conversación y la potencia de la escucha
La editorial argentina Caja Negra publica “Un destino común. Intervenciones públicas y conversaciones”, una selección y transcripción de diez conferencias, entrevistas y diálogos con la cineasta argentina Lucrecia Martel que cuenta, además, con algunas invitadas de excepción como Carla Simón y Leila Guerriero.
María Adell Carmona
18 de diciembre 2025
Tal y como explican Malena Rey y Pablo Marín, editora y editor de Un destino común. Intervenciones públicas y conversaciones, en su prólogo, este no es el libro de una “cineasta profesional” ni de una “conferencista profesional”. Aunque dirige películas, la argentina Lucrecia Martel no ha seguido nunca “los mandatos categóricos de la industria audiovisual” y, por tanto, un libro teórico en el que ella misma revela su visión del cine, de la creación artística o del presente y el futuro de la narrativa audiovisual tampoco podía tener una forma tradicional: la de un o una cineasta sentando cátedra, declamando desde un púlpito qué es (o debería ser) el cine. En cambio, el libro recientemente publicado por la editorial argentina Caja Negra constituye una recopilación de diez conferencias, debates o conversaciones que Martel ha protagonizado, en diversas instituciones de Argentina y España entre 2009 y 2025, muchas de las cuales están disponibles, bien completas o bien en fragmentos, en múltiples plataformas de vídeo o redes sociales. Son, por un lado, siete charlas o entrevistas con la directora de Zama o La ciénaga y, por otro, tres diálogos entre ella y tres profesionales que se mueven cerca de su universo: el escritor y cineasta argentino César González, la cineasta catalana Carla Simón (en un encuentro que tuvo lugar en 2022 en el CCCB barcelonés) y la periodista argentina Leila Guerriero.
Por lo tanto, en Un destino común se transparenta la voluntad divulgativa de Martel, su intención de democratizar la reflexión sobre la cultura y las artes audiovisuales, su alergia a sentar cátedra y su interés por abrir un espacio de diálogo y de escucha, en el que la conversación, y la oralidad, tan importantes en su cine, sean las herramientas a través de las cuales se transmitan las opiniones, los conocimientos y las ideas. Rey y Marín lo explican de forma hermosa: “Martel nunca deja de vincularse con la audiencia, porque cree en el poder de la conversación como agente de cambio y en la potencia de la escucha. Las suyas no son conferencias escritas ni ensayadas, sino exposiciones llenas de ideas y preguntas anotadas como apuntes en sus cuadernos, con sus derivas, ejemplos y digresiones”.
Lo primero que llama la atención en esta cuidada edición es justamente que la editora y el editor, que han ejercido de “oyentes y escribas de la voz de Lucrecia”, han respetado con pulcritud el tono distendido y las derivas y digresiones del lenguaje oral. La sensación que esto produce, al leer las conferencias, entrevistas o diálogos que conforman este fabuloso libro (que se puede leer perfectamente sin conocer al detalle la filmografía de la cineasta) es que Martel está hablando directamente desde las páginas, en voz alta. La selección ha privilegiado conferencias y presentaciones que abordan temas generales, no películas concretas, aunque Martel pone numerosos ejemplos de su propia filmografía y, por el período escogido (entre 2009 y 2025), se habla bastante de Zama (2017) y de la preparación, investigación y producción de la última obra de la directora argentina, vista en San Sebastián, pero aún sin fecha de estreno en nuestro país: el documental Nuestra tierra, que aborda el asesinato de Javier Chocobar, el líder de la comunidad indígena Chuschagasta, al norte de Tucumán.