Ulrike Ottinger, Sally Potter y Paul B. Preciado — La experiencia de adaptar “Orlando”
En una jornada histórica, este 1 de diciembre de 2025 la Mostra Internacional de Films de Dones de Barcelona reunió en una misma mesa a las tres personas que se han atrevido a adaptar el “Orlando” de Virginia Woolf: Ulrike Ottinger, que en 1981 firmó la radical “Freak Orlando”; Sally Potter, directora de la exitosa “Orlando” (1992) con Tilda Swinton como protagonista; y Paul B. Preciado, responsable de la reciente “Orlando: mi biografía política” (2023).
Eulàlia Iglesias
4 de diciembre 2025
Paul B. Preciado, Ulrike Ottinger y Sally Potter. Foto: Maud-Sophie Andrieux
A lo largo de una hora y media, y con la moderación de Mariona Borrull, que recordó otras aportaciones a las variaciones de Orlando, como el trasplante al imaginario catalán que hizo Maria Aurèlia Capmany en la novela Quim/Quima (1971), Ottinger, Potter y Preciado compartieron con la audiencia hasta qué punto Orlando de Virginia Woolf ha marcado su vida y obra. Os presentamos un resumen de una conversación entusiasta, brillante y enriquecedora, dentro de la undécima edición de los Manifiestos Fílmicos Feministas (Preciado propuso cambiar la denominación a “transfeministas”) de la Mostra de Films de Dones. Un acto en el que sólo faltó más tiempo para que más gente del público —tantas personas que también habían encontrado en Orlando y en estas aproximaciones un discurso que las explicaba como no lo habían hecho otras obras— pudiera dar su opinión.
El fragmento preferido de Orlando
Sally Potter: ¿Tengo que elegir uno favorito? Creo que la gracia del libro es su integridad porque, al fin y al cabo, es una obra sobre un proceso. También mi película trata sobre el proceso, sobre la transformación a lo largo del tiempo y la mutabilidad, sobre la naturaleza temporal de todas las cosas y de todos los seres.
Ulrike Ottinger: Leí Orlando cuando tenía 15 años, y me impresionó mucho. Cuando hice mi película Freak Orlando, trabajé sobre todo a partir del recuerdo de la impresión que me había dejado el libro de joven. He revisado la novela estos días, y sí que hay dos escenas para mí destacables. La de la mano de la reina Isabel I, en la que se desarrolla toda la personalidad del personaje sólo con la descripción de ese gesto. Sally, tú lo captaste de forma genial en tu film. Y el segundo fragmento es cuando Orlando, después de haber ejercido de diplomático en Turquía, se despierta como mujer, y le parece completamente normal.
Paul B. Preciado: Nunca pensé que trabajaría sobre Orlando. A diferencia de las dos personas que están aquí conmigo hoy, yo no soy cineasta. Hice una película, pero no soy cineasta. Yo vengo de la filosofía, del activismo, de la teoría crítica, pero no del cine. Y acabé haciendo una película por accidente. También por un acto de arrogancia, en cierta manera. Porque, básicamente, la televisión francoalemana ARTE planeaba hacer un biopic sobre mi vida. Algo que me horrorizó. No quería que mi vida se retratara así. Así que fui a una reunión con los responsables. Como en una relación heterosexual, cuanto más insistía en que no quería que se hiciera la película, más decían que querían hacerla. Hasta que, en un momento dado, me poseyó el espíritu de Virginia Woolf. Y solté: “Si queréis hacer esta película, tiene que ser una adaptación documental de Orlando de Virginia Woolf”. Se quedaron callados y dijeron: “¡Oh, es una idea fantástica! ¿Y quién la hará? Quizá Paul, ¿verdad?”. Y entonces no tenía elección. Así que volví a casa inmediatamente y empecé a releer Orlando. Casi me dio un ataque al corazón porque pensé: “¿Cómo lo haré? ¡Es imposible!”. Y después me di cuenta de que Orlando se podía leer casi como un libro de filosofía. Hay esa frase que dice: “Estoy harto de mi yo actual. Quiero otro”. Y pensé: “¡Ya lo tenemos!