Laura Mulvey — Cineasta, crítica y fundadora de la teoría fílmica feminista
"Aparte de la mirada masculina, el gran problema hoy en las redes sociales es cómo las mujeres jóvenes se presentan a sí mismas como espectáculo".
Kristina Zorita, Eulàlia Iglesias, Nuria Vidal
Ningún otro texto ha sido tan debatido y citado, ningún otro artículo nos ha marcado tanto a las mujeres que escribimos sobre cine, ningún otro análisis tiene el honor de considerarse la piedra fundacional de los estudios fílmicos feministas como Placer visual y cine narrativo (1975) de Laura Mulvey (Oxford, 1941), un ensayo que se apropia del psicoanálisis para incidir en la división sexual de la espectatorialidad cinematográfica y en cómo el cine comercial reproduce el orden simbólico patriarcal a través de su economía de las miradas. Por ello, el texto ha inspirado el popular concepto de «mirada masculina» todavía tan presente en las discusiones sobre la espectacularización del cuerpo femenino en el audiovisual.
Aparte de su famoso ensayo, la teórica británica ha ejercido la crítica y el análisis cinematográfico en todo tipo de publicaciones, ha estudiado otros aspectos como el melodrama cinematográfico y el cine de Douglas Sirk, ha escrito libros imprescindibles como Death 24x en Second: Stillness and the Moving Image (2006) y Afterimages: On Cinema, Women and Changing Times (2019), y ha ejercido de docente en diferentes instituciones. También firmó «películas teóricas», como dice ella, junto con Peter Wollen, como Riddles of the Sphinx (1977) o Frida Kahlo y Tina Modotti (1982). Tuvimos el honor de conversar con ella con motivo de su visita a Tabakalera de San Sebastián, invitada en el Programa de Investigación sobre la Historia de la Educación y Pedagogía Cinematográfica, el pasado mes de diciembre de 2023.
Trabajar con Peter Wollen
Mi colaboración con Peter Wollen duró de 1974 a 1983 y durante ese periodo hicimos seis películas. Todas eran bastante diferentes. Cambiaban a medida que cambiaba la situación del cine independiente en el Reino Unido. Queríamos hacer películas que abordaran los problemas teóricos que nos interesaban y sobre los que ambos habíamos escrito. Yo había escrito mi ensayo Placer visual y cine narrativo, él su ensayo sobre contracine a partir de Godard. Así que a ambos nos interesaba. Para nosotros, cine significaba el cine en la gran pantalla, el cine de Hollywood. A principios de los años 70, el cine estaba cambiando y con los 16 mm se estaba abriendo a un nuevo tipo de realización cinematográfica. Por lo que el cine estaba llegando a manos de gente como Peter y yo, que nunca pensó que le sería posible hacer películas. Y, sobre todo, en el caso de Peter y yo, queríamos hacer películas que reflejaran las ideas en que habíamos estado trabajando intelectualmente.
El cine como teoría
Así que pensamos en el cine como cine teórico. Hoy en día se le llama vídeoensayos, pero Peter solía decir: «Hay películas artísticas, los artistas hacen películas, hay películas poéticas», ¿por qué nosotros no podemos hacer películas teóricas? Nos interesaba especialmente cómo el feminismo había interactuado con ciertas ideas, ideas que existían desde hacía tiempo, que siempre habían estado ahí, pero que el feminismo, por así decirlo, había puesto patas arriba. Así, por ejemplo, con el psicoanálisis pudimos pensar las ideas freudianas de una manera muy diferente, tal vez incluso para él mismo. Pero, al mismo tiempo, el psicoanálisis puso sobre la mesa cuestiones de género, la sexualidad, la familia, el complejo de Edipo… Todos estos tipos de asuntos eran muy cercanos al movimiento feminista y nos dieron un nuevo vocabulario para articular nuestras demandas políticas.
¿Es el videoensayo un instrumento del feminismo?
Creo que es una pregunta interesante porque abre un nuevo nivel, por así decirlo, una nueva dimensión en la democratización de la imagen en movimiento. Hace un momento, explicaba cómo el 16mm había posibilitado que quienes nunca habíamos pensado en hacer una película antes la acabáramos haciendo. Hoy en día, por supuesto, la tecnología ha generado otra revolución. Ahora coges el teléfono y puedes filmar. Ahora bien, eso no significa que hacer una película sea simplemente coger tu teléfono y filmar, pero sí significa que existe realmente otro nivel de acceso a la imagen en movimiento. Puede resultar engañoso porque puede resultar demasiado fácil. Incluso hoy en día, con la tecnología digital, el cine siempre exige disciplina y siempre exige pensamiento, con lo que sea que estés utilizando. Pero creo que podrías tener razón en que la imagen en movimiento ahora se ha convertido en un instrumento de comentario, de análisis, de intervención en la vida cotidiana de una manera que nunca había sido posible antes. Así que podríamos decir que, de la misma manera que en épocas anteriores la escritura era el modo en que se expresaban las ideas, se registraban las emociones, hoy en día, la imagen en movimiento es un instrumento tan a mano como el bolígrafo.
Una forma de democratizar la teoría
En cierto sentido tu planteamiento nos lleva directamente a la cuestión del visionado colectivo. Un problema que quizá nos surge hoy en día es que, por muy democrático, por mucho que los teléfonos hayan democratizado la imagen en movimiento, no deja de ser una experiencia individual y aislante. Así que en cierto modo también sería interesante comprobar hasta qué punto cuanto más disponible sea el sistema, esto de alguna forma también podría suponer recuperar la práctica del visionado colectivo, de modo que… Por ejemplo, a finales de los años 60 y principios de los 70, en los primeros días del movimiento de liberación de las mujeres, se hacían películas para ilustrar y agitar, pero también para generar conciencia y para el debate. Así que, si hay alguna manera de recuperar ese tipo de sentido de la colectividad, de crear una situación de visionado colectivo, una situación de debate colectivo… Así que hoy, por así decirlo, con el fácil acceso a los equipos, tal vez sea posible que el grupo se retire, haga otra película a partir del debate y vuelva para discutirla. Por eso, hay muchas, muchas maneras en las que la imagen en movimiento puede adaptarse, en la actualidad, para el activismo político y la concienciación.
Utopías y experimentos
Hace un momento, mencioné el mayor acceso a los equipos que nos permitió traducir nuestras ideas en cine. Pero creo que también es importante dar un contexto del cine británico de la época. Porque hubo una conciencia bastante fuerte de la existencia de un movimiento de otro tipo de cineastas, ya fueran artistas cineastas, cooperativas socialistas o que trabajaban con las mismas aspiraciones de estética radical para una política radical. Y eso dio un impulso colectivo y comunitario a la creación cinematográfica en ese momento. Y también fue un momento de esperanza utópica, de aspiraciones utópicas en las que sentimos que estos experimentos con la visualización y las formas de ver podrían influir realmente en el contexto ideológico en que vivíamos. En esto nos equivocamos, pero fue un período en que ese tipo de esperanzas produjeron un cierto tipo de cine, y ese cine todavía sigue con nosotros.
Revolución tecnológica y de ideas
Creo que Placer visual y cine narrativo pertenece a un período concreto en el tiempo, y para mí surgió de un momento particular, bajo influencias, como comentábamos hace un momento, como la del psicoanálisis en particular y por la forma en que el movimiento de liberación de las mujeres podía apropiarse de la teoría psicoanalítica y convertirla en su propio instrumento para el pensamiento, etc. Para mí, el ensayo estaba muy ligado a la forma en que se entendía por entonces la relación de los espectadores con el cine («espectatorialidad»). Es decir, los espectadores iban al cine, miraban la pantalla y quedaban absortos en seguir una narrativa. Y también estaban muy subordinados al lenguaje del cine, que para mí en aquellos días era un lenguaje que creaba una diferencia entre la mujer como espectáculo y el hombre como protagonista activo de la trama. Han pasado muchas cosas desde entonces. El mundo ha cambiado de muchas maneras. Creo que la cultura se ha vuelto mucho más consciente de las mujeres, e incluso el cine industrial se ha vuelto más consciente de la importancia de las mujeres como directoras. Creo que las revoluciones en la tecnología también han revolucionado a los espectadores y las espectadoras. En 2006, publiqué un libro llamado Death 24x a Second: Stillness and the Moving Image donde vi cómo mis ideas sobre cine realmente avanzaban, dejando atrás los viejos modos de espectatorialidad, y contemplando entusiasmada las nuevas formas en que el cine podía experimentarse de una manera mucho más individual, de modo que, jugando con la imagen, el espectador y la espectadora individual podía interferir, detener y transformar por completo el tipo de oposiciones binarias que se establecieron en el viejo cine. Así que pensé: «Ya está, este es el fin de la espectatorialidad binaria». Pero Placer visual… ha sobrevivido y todavía lo lee la gente joven de hoy, la gente joven se me acerca y me dice: «Tu ensayo es tan maravilloso que ha cambiado mi forma de entender el cine», etcétera, etcétera. ¿Qué puedo hacer?
Conciencia feminista, mirada masculina
Creo que, aunque mi ensayo quizá parezca arcaico, sigue atrayendo a la gente joven que hoy en día es muy consciente de la cuestión de la mirada masculina, como la llaman. Yo sólo mencionaba una vez la mirada masculina en mi ensayo, porque, en realidad, como se basaba en el psicoanálisis, tenía mucho más que ver con el voyeurismo y la escopofilia. Pero en la cultura popular no puedes hablar de «mirada voyerista» porque no suena tan bien, así que el concepto “mirada masculina» ha ganado la partida. No me voy a quejar de eso porque sigo pensando que hay un desequilibrio de género en la sociedad y que los hombres están tomando conciencia de ello, al igual que las mujeres. La concienciación entre las mujeres jóvenes de hoy es realmente remarcable e importante.
El problema de la autoimagen
Sí, creo que el tipo de conciencia que tienen las mujeres jóvenes de la mirada masculina, como la llaman, es importante. Por otra parte, hay muchas otras formas en las que la imagen del cuerpo femenino se difunde. Los problemas también se han vuelto mucho, mucho más complicados de lo que eran en los inicios de la década de 1970, cuando hablábamos realmente de una cultura de la mercancía bastante simple. Hoy en día las mujeres jóvenes tienen el problema de su propia imagen y de la forma en cómo circulan esas imágenes en sus teléfonos, en Instagram o Snapchat, o como se llame. Así que, en cierto sentido, los problemas han mutado, no han desaparecido. Y por muy consciente que pueda ser la nueva generación de mujeres jóvenes sobre la mirada masculina, también siguen teniendo un problema de autoimagen y de la circulación de sus propias imágenes. Pero yo ya tengo más de 80 años. Ya no es mi problema. Tienen que lidiar con esto por sí mismas y creo que una mayor conciencia del problema de la autoimagen sería hoy realmente importante políticamente hablando.
En esto de las redes sociales quiero subrayar la forma en que las mujeres jóvenes se presentan a sí mismas como espectáculo en las redes sociales. Esa es otra manera en que el discurso del espectáculo, la espectacularización del cuerpo, continúa hoy en día.
Las viejas ideas feministas no son realmente las mismas. La complejidad hoy en día es mucho mayor y, en cierto modo, podríamos darle la vuelta a la cuestión y hablar no sólo de la llamada mirada masculina, sino también del problema del exhibicionismo y la forma en que la imagen del cuerpo bello circula aún más masivamente que nunca. También la otra pregunta que surge con esto es que la imagen puede ser infinitamente modificada, cambiada, distorsionada, mejorada por los medios digitales. El cuerpo femenino, incluso el cuerpo masculino, el cuerpo de los hombres jóvenes guapos se exhibe de la misma forma que el de las mujeres jóvenes, así que no es sólo un problema femenino. Sino que también hay un nivel de desapropiación corporal. Las nuevas tecnologías dan una incorporeidad al cuerpo, existe esa sensación de que resulta difícil para la gente joven de hoy en día vivir el cuerpo, que está constantemente frente a sus ojos, que pierde corporeidad por la cultura de la mercancía.
¿El psicoanálisis sigue siendo útil para el feminismo?
Bueno, mi sueño sería que el psicoanálisis pudiera realmente dirigirse hacia este tipo de problemas de los que acabamos de hablar. La cuestión del exhibicionismo, el problema de la incorporeidad podría analizarse fácilmente desde el punto de vista psicoanalítico. Pero no por mí.
Barbie como caballo de Troya del feminismo
No he visto Barbie, pero me han hablado mucho de ella. Así que, en cierto sentido, no debería hacer comentarios al respecto.
Quiero decir, yo contemplaría Barbie desde un cierto distanciamiento porque creo que probablemente sea una película divertida y que utiliza una cierta retórica feminista en algunos aspectos. Pero que también funciona muy bien en el seno de una industria que produce muñecas de la misma forma que produce películas.
¿Hay algo en el cine moderno que le interese?
Oh, estoy tan desconectada del presente. Para contestar esta pregunta con la profundidad necesaria se debería considerar tanto la televisión como el cine. Y me gustaría estar más conectada con el momento presente, pero no es así.
Bueno, en mi último libro, Afterimages, la sección central del libro trata de cinco películas de mujeres, todas ellas en torno a cuestiones ligadas a las madres y la maternidad. Pero no son todas películas recientes. Creo que probablemente la más reciente sea The Arbor, de la que hablábamos hace un momento, que se hizo en 2010. Así que ni siquiera es tan reciente. Pero, al mismo tiempo, en mi opinión, todas ellas emplean un cine no tanto en términos de identificación con un personaje. Aunque hay un personaje femenino central, los problemas que siente no se resuelven a través del personaje, sino a través de la forma en que la cineasta narra la historia y narra los problemas. Por lo que hay una sensación de desplazamiento hacia adelante. Incluso dentro de una ficción, hay una forma en que la ficción se utiliza para plantear un problema de una manera cinematográfica, en lugar de simplemente de manera narrativa.
La importancia del cine en la vida cotidiana
El cine como institución, los cines que se generan en mi país, están sufriendo realmente. Creo que el cine todavía sobrevive, obviamente, pero creo que hay una manera en la que… Ir al cine como una ocupación popular diaria o semanal probablemente no sea tan fuerte como lo era antes. De nuevo, estas también son cuestiones postpandemia. El cine en el Reino Unido no ha vuelto a los patrones anteriores. Al mismo tiempo, podría ser que el cine, aunque no sea de masas… Bueno, dicho de otra manera, ponlo más bien así: El cine como medio de masas tiende a ser el blockbuster de Hollywood y no parece que se pueda hacer gran cosa al respecto. Y podríamos hablar de cuestiones como el problema de la repetición y ese tipo de cuestiones de género que se están combatiendo de alguna manera en los éxitos de taquilla. Las inversiones masivas en una masculinidad ostentosa, pero también, por otro lado, intentos como, por ejemplo, el de Barbie, para introducir un nuevo discurso femenino en el cine de masas. Pero también creo que permite, más aún, que el cine se centre más en su público objetivo, de modo que se puedan hacer películas que tengan una relación más específica con públicos más reducidos, en lugar de tener que llenar siempre los cines, por así decirlo.
Tres problemas: producción, distribución, crítica
Sí, creo que es un punto muy importante. Como dijo alguien una vez, son historias que nunca se han contado e ideas que nunca se han visualizado. Así que hay una manera en que las mujeres aportan nuevos tipos de experiencias al cine, a la literatura, al arte, lo que sea, y creo que ahora se está formando una masa crítica de mujeres que intervienen en las artes y la cultura hoy en día, y ese es uno de los grandes cambios que estamos viendo. Puede que sólo afecte a una pequeña cultura, a una pequeña proporción de la población mundial, pero al menos es un comienzo. Así que hacer que estas nuevas experiencias estén disponibles es una compensación por el hecho de que, durante siglos y milenios, el 50% de las historias y experiencias de la población no han sido representadas y no han circulado en la cultura, ya sea la cultura popular o el arte de la élite. Pero creo que también es muy importante decir que estas nuevas historias, etcétera, etcétera, no sólo se dirigen a las mujeres, sino que también deberían dirigirse a lo que Sheila Rowbotham, la historiadora feminista del Reino Unido, en los años 70 llamó la «cuestión de las personas en su conjunto». Si las historias de mujeres sólo se dirigen a las mujeres, todavía existe algo que puede segregarse en «sólo para mujeres», en algo que sólo miran las mujeres, y no hace falta que el resto del mundo se preocupe. Y esto nos lleva de nuevo a los problemas industriales, es decir, que cada vez más películas las hacen mujeres. Pero todavía es muy difícil que lleguen a los cines, por los problemas de distribución… Bueno, digámoslo así: por un lado tenemos la cuestión de la producción, que se hagan películas de mujeres. El segundo problema es el de la distribución, que se vean las películas de mujeres. Ese también es un problema de la crítica. ¿Se escribe sobre las películas de mujeres en los periódicos y revistas de cine de la misma manera que sobre las películas hechas por hombres? Pues, no. Y esto se ha comprobado estadísticamente, es un hecho que no es así. Así que todavía hay barreras, todavía hay dificultades. Las mujeres pueden hacer películas, pero el problema es cómo pueden volver a ser marginadas, en lugar de poder abordar la llamada «cuestión de las personas en su conjunto».
La importancia de la crítica, la crítica feminista
Tal vez piense, como estás insinuando, que la crítica importe menos. Otra vez, sin duda, el cine sigue estando muy segregado entre cine industrial de circulación masiva, y el cine más de autor, minoritario o experimental. Probablemente pensaría que, en tanto el cine tiene menos importancia, como apuntas, la crítica cinematográfica se dirige a un segmento menor de la población. No lo sé. No estoy segura de eso. No lo sé.
Bueno, ante todo, las mujeres necesitan encontrar más espacio en las revistas de cine. Quiero decir, hay algunas revistas de cine que han hecho un esfuerzo y han trabajado para introducir voces diversas en sus páginas. Podríamos hablar de Film Quarterly y de los grandes periódicos en los Estados Unidos, donde se nota mucho la diferencia. No sé si Sight and Sound en mi país ha hecho lo suficiente, no estoy segura. Pero ciertamente se ha esforzado con su famoso Top 10 de las mejores películas de todos los tiempos, que este año eligió Jeanne Dielman como la número uno. Eso se debió en realidad a que incorporaron voces más diversas, más mujeres críticas, etc. Así que se puede marcar la diferencia, y sin duda cuando Jeanne Dielman quedó en el primer puesto del Top 10, vio la película gente que nunca antes había soñado con verla, y se sintió profundamente afectada por ella. Así que creo que ese pequeño experimento en particular acabó siendo todo un éxito.
¿Cómo ve un proyecto como Filmtopia?
Bueno, espero que tenga éxito. Creo que, como decíamos antes, el cine ya no es un discurso único. Quiero decir, nunca ha sido un discurso único. Pero ahora puede estar disponible y puede ser apropiado de muchas maneras diferentes, y puede reinventar en cierta forma la comunicación humana gracias a la flexibilidad de los dispositivos de hoy en día. Y puede ser divertido pensar en cómo pueden surgir nuevos cines de la muerte del viejo cine. Y la idea de una utopía cinematográfica, y que el cine todavía puede representar ese tipo de aspiración utópica como solía hacerlo en los primeros días, creo que es una forma maravillosa de recordar este aspecto. Si nos remontamos a la temprana implicación de la modernidad en el cine y en las películas, sin duda se trataba de un aparato de utopía, y sí, representaba el progreso. Y si nos remontamos a la década de 1920, a las películas utópicas de la vanguardia experimental, aspiraban a ser el instrumento del progreso para siempre. Así que, digámoslo así. Filmtopia ha retomado esa tradición, y ahora la ha recuperado en este contexto particular, tan interesante e inspirador.