MIFDB — Cine Fuera de Lugar. Disidencias sexuales al aire libre
A lo largo del mes de junio, la sección Cine fuera de lugar de la Mostra Internacional de Films de Dones de Barcelona lleva a cabo proyecciones al aire libre por algunas de las plazas de la ciudad de Barcelona. En la presente edición de dicha sección de la Mostra, las plazas barcelonesas acogerán tres propuestas cinematográficas muy diversas unidas por el modo en el que muestran de forma lúdica y gozosa distintos tipos de vivencias ligadas a la disidencia sexual. Tres historias de amor y deseo lésbico firmadas por cineastas icónicas como las hermanas Wachowski o Jamie Babbit.
La coincidencia en la cartelera de los últimos meses de películas como Dos chicas a la fuga (Ethan Coen, 2024) y Sangre en los labios (Rose Glass, 2024), a las que podría sumarse Bottoms (Emma Seligman, 2023), estrenada directamente en una plataforma, permite intuir una cierta tendencia en el cine mainstream contemporáneo en la que las temáticas y personajes lésbicos no son representados, como solía ser habitual, desde el drama o la victimización sino, al contrario, desde una mirada gozosa, lúdica y absolutamente desprejuiciada. De estas tres películas, dos (Bottoms y Dos chicas a la fuga) son comedias populares, destinadas a un público amplio, y una (Sangre en los labios) es un neo noir con aspecto de thriller ochentero que, en ocasiones, parece una parodia de la serie B, algo que también podríamos decir del loco filme dirigido por Ethan Coen y escrito por su esposa, la cineasta y montadora bisexual Tricia Cooke.
La programación de la sección Cine fuera de lugar de la presente edición de la Mostra parece tomar el pulso a esta tendencia del cine contemporáneo y trazar una línea genealógica con aquellos filmes que la precedieron. Así, a lo largo del mes de junio, las plazas de la ciudad de Barcelona se llenarán de películas que, como las anteriormente mencionadas, celebran de forma lúdica la disidencia sexual desde géneros vinculados al cine popular, como la comedia, el cine criminal o el musical. Estamos hablando de tres películas lésbicas producidas entre finales de los años noventa y la actualidad, conectadas entre sí por una representación explícita del deseo y la sexualidad lésbica, por la apropiación autoconsciente de ciertos códigos genéricos y por una vocación absolutamente popular.
Itty, Bitty, Titty Committee (2007), que se proyectará el 13 de junio en la Plaça de Sant Pere, supone el feliz reencuentro con Jamie Babbitt, directora del filme de culto But I’m A Cheerleader, que se proyectó en la pasada edición de Cinema fora de lloc. Aunque estrenada en 2007, la película, que se proyectó en la Berlinale y consiguió el Premio del Jurado en el festival norteamericano SXSW, está conectada muy directamente a referentes culturales de los años ochenta y noventa vinculados al activismo feminista, desde películas icónicas como Born in Flames (Lizzie Borden, 1983), a las acciones reivindicativas y de protesta de las Guerrilla Girls, pasando por la escena musical alternativa y fanzinera del movimiento Riot Grrrl. Itty… presenta, así, un aspecto voluntariamente anacrónico, con numerosos fragmentos rodados en super-8 o 16 mm, que emulan el estilo de cierto cine indie norteamericano surgido entre finales de los ochenta e inicios de los noventa. Sin embargo, este anacronismo es sólo cierto a nivel visual, porque Babbit toma un pulso muy contemporáneo a las diversas tendencias presentes, y en conflicto, en la tercera ola del movimiento feminista, justo en el momento en el que se produjo la película. Así, esta comedia ligera, efervescente y eminentemente coral, repleta de personajes inolvidables, plantea reflexiones muy acertadas sobre la colisión entre un cierto feminismo establecido, o institucional ―encarnado por el personaje de Courtney, una feminista veterana, líder de una organización integrada de pleno en la estructura política nacional―, y un feminismo juvenil y radical que aboga por la acción directa, y que encarnaría a ese grupo alternativo de guerrilla feminista llamado Clits In Action (cuyas siglas coinciden, cómicamente, con las de la CIA) al que pertenecen las protagonista. Justamente, uno de los aciertos principales de Itty, Bitty, Titty Committee es integrar ideas muy pertinentes acerca de los diferentes modos de vivir la lucha feminista, y de las contradicciones inherentes a todos ellos, en el marco de una comedia burbujeante que captura, a la perfección, la inquietud incesante y el ritmo alocado de la etapa juvenil. Este es un filme sobre una toma de conciencia feminista, la de una adolescente, Anna, que ve cómo su mundo se expande y cambia para siempre al conocer a Sadie, su interés amoroso y la chica que le introduce en Clits In Action. Es también un filme sobre ser joven, enamorarse de la chica equivocada, perder la cabeza en conciertos de postpunk, que te rompan el corazón y, por lo tanto, acabar tú rompiéndoselo a alguna otra persona. Itty, Bitty, Titty Committee, que tiene un final tan hilarante como absoluta y literalmente explosivo (y que homenajea a ese clásico feminista que es Born in Flames), es además un filme de talante abierto e inclusivo, que presenta en su narrativa no sólo a mujeres lesbianas, sino también a bisexuales y a personajes que encarnan identidades disidentes con respecto al género, como Auggie, el chico trans que Babbitt escribió pensando en JD Samson, del grupo Le Tigre. Atención, por último, a los cameos de la película: por ella desfilan algunas actrices de la ópera prima de Babbit, la emblemática But I’m A Cheerleader (Melanie Lynskey y Clea DuVall, que aparece brevemente como guitarrista de uno de los numerosos grupos que tocan en el filme), pero también iconos del new queer cinema de los noventa como una irreconocible Guinevere Turner, protagonista de Go Fish (Rose Troche, 1994).
El último de los largometrajes proyectados, el 27 de junio en la Plaça de Sant Pere, es también el más reciente. Si tuviéramos que definir Chuck Chuck Baby (Janis Plugh, 2023) sería con una combinación aparentemente imposible entre el realismo social de Ken Loach y el optimismo vitalista y colorido de Las señoritas de Rochefort (Jaques Demy, 1967). Plugh narra una historia de amor y amistad entre mujeres en un entorno hostil: una planta de envasado de carne, situada en un pueblo del Norte de Gales, en la que trabaja Helen (Louise Brealy, conmovedora, en un registro muy distinto al de la madre que interpreta de forma hilarante en la serie Such Brave Girls) y sus amigas de toda la vida. La triste existencia de Helen se verá transformada por la llegada de Joanne, su crush adolescente, que le abrirá la posibilidad de una segunda oportunidad. Esta es, pues, una feel good movie que derrocha amor por sus personajes, y en la que la directora utiliza emocionantes himnos pop (de Neil Diamond, Lesley Duncan o Manhattan Transfer, entre otros) como modo de exteriorizar los sentimientos de las protagonistas. En este musical proletario, pues, la realidad acaba transfigurándose, como sucede en todos los musicales, cuando la música empieza a sonar, convirtiendo en posible lo que parecía imposible: que las plumas de las gallinas que flotan en la fábrica se transformen en delicados dientes de león, o que una historia de amor entre dos mujeres pueda brotar, y afianzarse, en un contexto tan yermo como el que describe el filme.
La última sesión de Cinema fora de lloc tendrá lugar el 3 de julio en el Pati de la Seu del Districte de Nou Barris. En ella se proyectarán los cinco cortometrajes ganadores de la edición de 2024 de Cortos en Femenino. Esta convocatoria anual de cortometrajes dirigidos por mujeres se organiza desde TRAMA. Coordinadora de Muestras y Festivales de cine, vídeo y multimedia realizados por mujeres; en 2024 han resultado seleccionadas las siguientes obras: Colorado (Sandra Gallego y Pilar Gómez, 2023); Estigma (Aida Argüelles, 2023); Hàbitat (Elena Escura, 2023); Intercambio (Amaia Yoldi, 2023) y Mentiste, Amanda (Eva Libertad y Nuria Muñoz, 2023). Algunas de las directoras estarán en la sesión para presentar sus cortometrajes.