Crítica — Diario de mi sextorsión: Plantar cara al chantaje

Patricia Franquesa es conocida como productora del documental La Mami, de Laura Herrero Garvín, y como directora del documental Oh Dear Sara sobre Sara Bahai, la primera mujer taxista y activista por los derechos de las mujeres en Afganistán, (antes de la vuelta de los talibanes, claro). Diario de mi sextorsión, estrenado en el último DocsBarcelona, es su segundo trabajo como directora.

Si estaba en el DocsBarcelona, es que Diario de mi sextorsión es un documental, aunque no un documental convencional. Digamos que este particularísimo film nos permite conocer a Pati desde dentro: desde dentro de su ordenador. Porque lo que cuenta este thriller digital es la historia de la propia Pati en el calvario que pasó desde que le robaron su ordenador portátil en un viaje a Madrid. 

“Como directora de documentales tuve claro desde el primer momento que podía convertir esta pesadilla en una oportunidad para concienciar y romper el tabú alrededor del ciberacoso sexual”, escribe en la presentación de Diario de mi sextorsión. Una pesadilla que ha durado años y que ella fue documentando paso a paso, con mensajes de texto, correos electrónicos, vídeos, papeles oficiales, denuncias, avisos y conversaciones con el hacker que la sextorsionaba. Todos estos elementos le sirven para ir construyendo y recordando el proceso kafkiano de su chantaje con un gran sentido del humor y una enorme honestidad.

Antes de seguir, un apunte para explicar que es la sextorsión: “La sextorsión es una forma de chantaje en el que se amenaza a una víctima con el objetivo de que realice una acción específica y así evitar que se difundan imágenes suyas con connotaciones sexuales”. Según datos recientes de la Unidad de Investigación Tecnológica de la Policía Nacional, en dos meses se registran en España más de 36.000 casos de sextorsión. También las mismas fuentes destacan el bajo número de denuncias, en comparación con el número de casos reales, ya que, con frecuencia, las víctimas no suelen denunciar por temor o vergüenza. Pati sí denunció, pero no le sirvió de mucho porque las víctimas están realmente muy desprotegidas frente a este tipo de robo de la intimidad.

La intimidad es el punto central de este interesante trabajo que utiliza todos los recursos a su alcance para denunciar un hecho delictivo. La intimidad que guardamos en el ordenador y que de repente está en manos de gente desconocida que puede hacer con ella lo que quiera. Todos los robos son desestabilizadores y te hacen sentir vulnerable ante la agresión, pero el robo de tu intimidad, la que guaras en tus correos electrónicos, en tus fotos, en tus mensajes, es algo mucho más desesperante aunque no tengas nada que esconder.

Pati, la directora protagonista del documental, utiliza su memoria emocional para dibujar un relato cronológico de los hechos que van creando una tensión narrativa. Pati se enfrenta dando la cara, mostrando lo oculto, desarmando al ciberacosador al adelantarse a su chantaje. Pero no todo el mundo tiene la capacidad de sublimar la impotencia de la situación y convertirla en un film inquietante y compartido, porque el viaje, la investigación de Diario de mi sextorsión sólo acaba cuando hay público que lo ve.  

Presentado en marzo de este año en el SXSW de Austin, Texas, Diario de mi sextorsión ha estado, además de en el DocsBarcelona, en el Hot Docs Film Festival de Toronto. Ahora se estrena en salas y será interesante comprobar cómo el lenguaje de las pantallas privadas, del móvil y del ordenador, llena la pantalla de un cine.