Crítica — Emmanuelle: Observar la mirada
La producción francesa 'Emmanuelle', dirigida por Audrey Diwan, inauguró a concurso la 72.ª edición del Festival de San Sebastián. Diwan, ganadora del León de Oro del Festival de Venecia con 'El acontecimiento' (2021), ha coescrito el guion junto con la también cineasta Rebecca Zlotowski. La película se inspira en el personaje y el mundo creados por la escritora Emmanuelle Arsan y está concebida como una exploración del placer en la era post Me Too.
Emmanuelle
País Francia
Año 2024
Dirección Audrey Diwan
Guion
Audrey Diwan
Rebecca Zlotowski
Producción
Chantelouve
Rectangle Productions
Goodfellas
Reparto
Noémie Merlant
Will Sharpe
Naomi Watts
Chacha Huang
Jamie Campbell Bower
Anthony Wong
Fotografía Laurent Tangy
Montaje Pauline Gaillard
Música
Evgueni Galperine
Sacha Galperine
Distribución Beta Fiction
Duración 105 min
Fecha de estreno 27 de septiembre de 2024
Sinopsis
Emmanuelle sale en busca de un placer perdido y vuela sola a Hong Kong en viaje de negocios. En esta sensual ciudad global, donde inicia numerosos encuentros, conoce a Kei, un hombre que la elude constantemente.
Emmanuelle
País Francia
Año 2024
Dirección Audrey Diwan
Guion
Audrey Diwan
Rebecca Zlotowski
Producción
Chantelouve
Rectangle Productions
Goodfellas
Reparto
Noémie Merlant
Will Sharpe
Naomi Watts
Chacha Huang
Jamie Campbell Bower
Anthony Wong
Fotografía Laurent Tangy
Montaje Pauline Gaillard
Música
Evgueni Galperine
Sacha Galperine
Distribución Beta Fiction
Duración 105 min
Fecha de estreno 27 de septiembre de 2024
Sinopsis
Emmanuelle sale en busca de un placer perdido y vuela sola a Hong Kong en viaje de negocios. En esta sensual ciudad global, donde inicia numerosos encuentros, conoce a Kei, un hombre que la elude constantemente.
Emmanuelle, la novela de la autora francotailandesa Marayat Rollet-Andriane, publicada bajo el seudónimo de Emmanuelle Arsan, ya fue adaptada por el cineasta francés Just Jaeckin hace más de cinco décadas. Esta primera cinta propicia el pase, o el lanzamiento, del testigo a las manos de Audrey Diwan. La flagrante sexploitation manifestada sobre el cuerpo de Sylvia Kristel, la primera Emmanuelle, se suaviza bajo la óptica de Diwan, que confina su intimidad al estrecho cubículo del lavabo de un avión, a una cabaña oculta entre la espesa vegetación o a los cuartos oscuros del Fendwick, un club tailandés hacinado en las profundidades de la urbe. Las imágenes de la francesa, asociadas a la noción de retelling feminista únicamente por el género de la directora y de su guionista, Rebecca Zlotowski, se sitúan bajo las cálidas luces de un lujoso hotel hongkonés, opacadas por las etiquetas de Prada visibles en la ropa interior de la mujer, o subrayadas por una cuchilla apurando el imperceptible vello de sus piernas.
La cámara, quizás en un ejercicio de autoconsciencia replicante, introduce el cuerpo de Noémie Merlant por partes, un desmembramiento reincidente propio de la perversa mirada masculina: primero revela las piernas, mientras una mano acorta la piel escondida por la falda oscura; después los labios, mientras su rostro permanece oculto; y por último, sus facciones y su figura, avanzando por el estrecho pasillo en dirección al baño. La mirada se coloca en el sujeto masculino, en los ojos del hombre trajeado cuyo asiento le separa por apenas unos metros mientras observa, extasiado, la invitación de la mujer.