Crítica — La chica que sanaba: La niña santa
El quinto largometraje de la belga Fien Troch retrata una muchacha con un don extraordinario en un contexto ordinario.
La chica que sanaba (Holly)
Año 2023
País
Bèlgica
Països Baixos
Luxemburg
França
Dirección Fien Troch
Guion Fien Troch
Producción Prime Time & Mirage
Reparto
Cathalina Geeraerts
Felix Heremans
Greet Verstraete
Serdi Faki Alici
Els Deceukelier
Maya Louisa Sterkendries
Robby Cleiren
Sara De Bosschere
Fotografía Frank van den Eeden
Montaje Nico Leunen
Música Johnny Jewel
Distribución Adso Films
Duración 104 min
Fecha de estreno 19 d'abril del 2024
Sinopsis
Una niña de 15 años llamada Holly llama a su colegio para decir que ese día se queda en casa. Poco después, se produce un incendio en la escuela en el que mueren varios alumnos. La comunidad está conmovida por la tragedia y se une para sobrellevarlo. Anna, una profesora intrigada por Holly y su extraña premonición, la invita a unirse al grupo de voluntariado que dirige. La presencia de Holly parece traer paz mental, calidez y esperanza. Pero pronto, la gente empieza a reclamar a Holly y su energía catártica, exigiendo cada vez más de la joven.
La chica que sanaba (Holly)
Año 2023
País
Bèlgica
Països Baixos
Luxemburg
França
Dirección Fien Troch
Guion Fien Troch
Producción Prime Time & Mirage
Reparto
Cathalina Geeraerts
Felix Heremans
Greet Verstraete
Serdi Faki Alici
Els Deceukelier
Maya Louisa Sterkendries
Robby Cleiren
Sara De Bosschere
Fotografía Frank van den Eeden
Montaje Nico Leunen
Música Johnny Jewel
Distribución Adso Films
Duración 104 min
Fecha de estreno 19 d'abril del 2024
Sinopsis
Una niña de 15 años llamada Holly llama a su colegio para decir que ese día se queda en casa. Poco después, se produce un incendio en la escuela en el que mueren varios alumnos. La comunidad está conmovida por la tragedia y se une para sobrellevarlo. Anna, una profesora intrigada por Holly y su extraña premonición, la invita a unirse al grupo de voluntariado que dirige. La presencia de Holly parece traer paz mental, calidez y esperanza. Pero pronto, la gente empieza a reclamar a Holly y su energía catártica, exigiendo cada vez más de la joven.
El título original del quinto largometraje de Fien Troch, Holly, corresponde al nombre de la protagonista, pero también al estatus que no tarda en adquirir en la película. Holly siempre ha sido la chica algo marginada de la escuela, algunos incluso la tildan de «bruja», sobre todo después de que tenga una premonición y no acuda a la escuela justo el día en que se produce un incendio fortuito y mortal. Apenas se relaciona con otras chicas y chicos, aparte de su hermana y su vecino neurodivergente. Hasta que se descubre que Holly tiene una especie de don para sanar al prójimo, una capacidad inexplicable que ni ella misma sabe de dónde procede.
Producida por los hermanos Dardenne, La chica que sanaba se sitúa en esa Bélgica de clase obrera tan habitual en su cine. En este contexto, la directora apunta dos elementos interesantes que sin embargo no acaba de explorar en profundidad. Por un lado, el retrato de una figura bondadosa, una especie de santa involuntaria, una niña que irradia trascendencia en un entorno muy ordinario. Dibujar a personas con un aura de santidad sin caer en la caricatura o en la beatificación burda no resulta fácil. Quizá por eso encontramos tan pocos ejemplos en el cine, mucho más proclive a cultivar malvados. El protagonista de Lazzaro feliz (2018) de Alice Rohrwacher sería un buen ejemplo de esa excepcionalidad. La directora belga enfoca la santidad de Holly como una condición que la niña no ha escogido, y que a partir de un momento la desgasta más que la llena de felicidad. Y aquí se encuentra el elemento más interesante del film, el del don entendido como una vertiente de la identidad que marca la visión que la gente tiene de la protagonista sin que ella pueda hacer nada al respecto.
DIBUJAR A PERSONAS CON UN AURA DE SANTIDAD SIN CAER EN LA CARICATURA O EN LA BEATIFICACIÓN BURDA NO RESULTA FÁCIL. QUIZÁ POR ESO ENCONTRAMOS TAN POCOS EJEMPLOS EN EL CINE, MUCHO MÁS PROCLIVE A CULTIVAR MALVADOS.
El otro subtema que apunta La chica que sanaba es la tendencia de la sociedad a aprovecharse de algún modo u otro de las personas con la capacidad milagrosa de ayudar al prójimo. Pero Troch no llega a armar un fresco de crítica social realmente desgarradora, ni tampoco acaba de situar a Holly en uno de esos dilemas de responsabilidad moral tan típicos del cine de los hermanos Dardenne, que habría otorgado mayor profundidad psicológica al personaje.
Fotos Adso Films