Crítica — La quimera: Una fábula entre dos mundos
El cuarto largometraje de Alice Rohrwacher nos habla, con lirismo y vitalidad, de la importancia que tienen en nuestras vidas los restos del pasado.
La quimera
Año 2023
País Itàlia
Dirección Alice Rohrwacher
Guion
Alice Rohrwacher
Carmela Covino
Marco Pettenello
Producción
Tempesta
Ad Vitam Production
Amka Films Productions
RAI Cinema
RTSI
Reparto
Josh O'Connor
Carol Duarte
Vincenzo Nemolato
Isabella Rossellini
Alba Rohrwacher
Fotografía Hélène Louvart
Montaje Nelly Quettier
Distribución
01 Distribution
Ad Vitam
Elastica Films
September Film Distribution
Duración 130 min
Fecha de estreno 12 d'abril del 2024
Sinopsis
Después de una larga ausencia, el inglés Arthur regresa a la pequeña ciudad costera del Tirreno donde, junto con un grupo de particulares personajes, se dedica a saquear tumbas etruscas para sobrevivir. Mientras tanto, cada uno persigue sus sueños a su manera, intentando alcanzar esa quimera que da título al film.
La quimera
Año 2023
País Itàlia
Dirección Alice Rohrwacher
Guion
Alice Rohrwacher
Carmela Covino
Marco Pettenello
Producción
Tempesta
Ad Vitam Production
Amka Films Productions
RAI Cinema
RTSI
Reparto
Josh O'Connor
Carol Duarte
Vincenzo Nemolato
Isabella Rossellini
Alba Rohrwacher
Fotografía Hélène Louvart
Montaje Nelly Quettier
Distribución
01 Distribution
Ad Vitam
Elastica Films
September Film Distribution
Duración 130 min
Fecha de estreno 12 d'abril del 2024
Sinopsis
Después de una larga ausencia, el inglés Arthur regresa a la pequeña ciudad costera del Tirreno donde, junto con un grupo de particulares personajes, se dedica a saquear tumbas etruscas para sobrevivir. Mientras tanto, cada uno persigue sus sueños a su manera, intentando alcanzar esa quimera que da título al film.
Nuestras vidas, siempre en continua contradicción, se debaten entre fijar la vista en el futuro y volver la cabeza para mirar hacia atrás, hacia ese pasado que cada vez es más inabarcable y prolijo en detalles –algunos triviales, algunos fundamentales–. El cuarto largometraje de Alice Rohrwacher (que al igual que los tres anteriores, ha pasado también por el Festival de Cannes) retrata una Italia en ruinas, una Italia en proceso de desaparición; pero al mismo tiempo nos habla de todos esos sueños, todos esos anhelos y planes de futuro, que cada persona persigue para encontrar sentido a su vida.
Arthur, el protagonista de la historia, es un misterioso inglés que regresa a un pueblo en la Italia rural de los años 80 tras una larga ausencia. Arthur no es una persona cualquiera, ya que tiene un inusual don. Como un zahorí que encuentra agua en terrenos aparentemente desérticos, Arthur es capaz de adivinar dónde se esconden bajo tierra los valiosos y codiciados restos de la civilización etrusca: tesoros, jarrones, vasijas, monedas y esculturas que, en el mercado negro del arte, pueden llegar a tener mucho, mucho valor. Junto con otros habitantes del pueblo, se dedica a saquear yacimientos arqueológicos y tumbas para así sobrevivir malvendiendo el botín a la misteriosa Spartaco. Pero en realidad, a Arthur el dinero tampoco le importa tanto, porque lo único que al fin y al cabo le ata a este miserable pueblo es su amor por la desaparecida Beniamina. Por esta razón se encuentra Arthur entre dos mundos, el de los vivos y el de los muertos, porque no pierde la esperanza de reunirse con su amada. De hecho, es algo que intenta constantemente.
ES INNEGABLE EL INTERÉS DE LA DIRECTORA POR REINVENTAR EN SUS PELÍCULAS EL CONCEPTO DE FÁBULA, POR MEZCLAR INNUMERABLES REFERENTES EN HISTORIAS IMPREVISIBLES Y DESBORDANTES DE IMAGINACIÓN.
En La quimera, la desbordante riqueza de la cultura mediterránea se contrapone a la extrema precariedad en la que sobreviven los protagonistas de la historia. Los ecos de Pasolini y Fellini se mezclan con una imaginativa resignificación del neorrealismo de los años 40 y 50, conformando un retrato humanista y en absoluto maniqueo de las clases más desfavorecidas. No en vano, uno de los personajes clave de la historia –Flora, la madre de la fallecida Beniamina– está interpretado por Isabella Rosellini, hija del director Roberto Rosellini.
Es innegable el interés de la directora por reinventar en sus películas el concepto de fábula, por mezclar innumerables referentes en historias imprevisibles y desbordantes de imaginación. En La quimera, Rohrwacher nos ofrece una película libre que mezcla, con habilidad y sin complejos, imágenes en 35 mm, en super 16 mm, en 16 mm. Los planos se aceleran, la pantalla se estrecha, la cámara, de vez en cuando, nos muestra imágenes del revés. Pero, aunque a primera vista pudiera parecerlo, nada en este film es arbitrario, y lo que podríamos considerar un cierto barroquismo visual tiene, más que nunca, su razón de ser. Porque así es también en el fondo la historia de Italia, un palimpsesto en el que se superponen cientos de capas, algunas más visibles que otras. Como ese palimpsesto que al fin y al cabo es también La quimera: una historia de amor, una historia de fantasmas, un inesperado y heterogéneo musical, una reflexión sobre la identidad y también una afilada crítica social que, paradójicamente, destaca sobre todo por su incuestionable luminosidad.
Fotos Elastica Films