Crítica — Los destellos: Difuminado en el fondo
El tercer largometraje de Pilar Palomero compitió por la Concha de Oro durante la 72.ª edición del Festival de San Sebastián. Esta adaptación intimista de uno de los relatos de la antología 'Un corazón demasiado grande' de Eider Rodríguez captura la pesadumbre del proceso de reconstrucción de los vínculos entre Isabel, su hija Madalen y Ramón, ahora sumido en la enfermedad y dependiente del cuidado de las mujeres.
Los destellos
Año 2024
País España
Dirección Pilar Palomero
Guion Pilar Palomero
Producción
Mod Producciones
Misent Producciones
Inicia Films
ICEC
ICAA
Reparto
Patricia López Arnaiz
Antonio de la Torre
Marina Guerola
Julián López
Fotografía Daniela Cajias
Música Vicente Ortiz Gimeno
Distribución Caramel Films
Duración 101 min.
Fecha de estreno 4 de octubre de 2024
Sinopsis
La vida de Isabel da un inesperado giro el día en que su hija Madalen le pide que visite regularmente a Ramón, que se encuentra enfermo. Tras quince años alejada de su exmarido, un hombre al que ve como a un desconocido pese a que fueron familia durante años, en Isabel comienzan a reavivarse resentimientos que creía superados.
Los destellos
Año 2024
País España
Dirección Pilar Palomero
Guion Pilar Palomero
Producción
Mod Producciones
Misent Producciones
Inicia Films
ICEC
ICAA
Reparto
Patricia López Arnaiz
Antonio de la Torre
Marina Guerola
Julián López
Fotografía Daniela Cajias
Música Vicente Ortiz Gimeno
Distribución Caramel Films
Duración 101 min.
Fecha de estreno 4 de octubre de 2024
Sinopsis
La vida de Isabel da un inesperado giro el día en que su hija Madalen le pide que visite regularmente a Ramón, que se encuentra enfermo. Tras quince años alejada de su exmarido, un hombre al que ve como a un desconocido pese a que fueron familia durante años, en Isabel comienzan a reavivarse resentimientos que creía superados.
¿No crees que tal vez son lo mismo, el amor y la atención?
Lady Bird (Gerwig, 2017)
“Madalen le dio un abrazo, o más bien se lo pidió. Hacía años que olía a mujer adulta, y a pesar de ello Ixabel besó con sorpresa aquella cabeza que un día había olido a colonia inofensiva”. Este fragmento de Un corazón demasiado grande, la antología de relatos de Eider Rodríguez, dibuja una imagen de uno de los instantes, destellos de emoción, que el tercer largometraje de Pilar Palomero captura a partir del texto de la autora vasca. La distancia física y emocional entre Isabel y su hija Madalen se ensancha a medida que las secuencias se suceden y la preocupación de la joven por el padecimiento de Ramón aumenta. Isabel, sumida en la prudencia de una mujer que hace una vida perdió la pista del padre de su hija, se muestra reticente a proporcionar una asistencia intrínsecamente entrelazada con una cercanía extraviada en tiempos pasados.
La cineasta zaragozana captura una serie de apuntes (el respeto de Isabel a la intimidad de Ramón mientras hablan a través de una puerta cerrada, los escritos publicados y confinados al fondo de un cajón que Ramón demerita ante la curiosidad de su entorno, la presencia de Oso, el perro de Ramón, descuidado por la aflicción de su dueño…) que profundizan en el dolor de la reparación, en la tristeza subyacente a cada gesto. La cámara, imitando la prudencia del personaje de Isabel, permanece en los marcos de las puertas, fuera de las estancias, acercándose gradualmente y sólo enfocándolo cuando el hombre necesita ayuda para colocarse los calcetines. La figura desdibujada de Ramón, la que flotaba en la mente de Isabel, se rompe al ver un físico desmejorado y doliente, muy alejado del hombre robusto y apuesto de las fotografías. Mientras la distancia entre los fragmentos de esta familia se acorta, Oso es rescatado de un hogar lúgubre y hermético, al igual que Ramón, con el apoyo de las dos mujeres, permite que la luz del sol y el aire fresco inunden la sala de estar una vez más.