Crítica — Luz del 86: Amor adolescente con catástrofe de fondo
La finlandesa Inari Niemi retrata en 'Luz del 86' la historia de amor de dos chicas adolescentes de distinta clase social.
Luz del 86 (Valoa, valoa, valoa)
Año 2023
País Finlandia
Dirección Inari Niemi
Guion Juuli Niemi. Novela: Vilja-Tuulia Huotarinen
Producción Lucy Loves Drama
Reparto Rebekka Baer, Anni Likkanen, Laura Birn, Pirjo Lonka
Fotografía Sari Aaltonen
Montaje Hanna Kuirinlahti
Música Joel Melasniemi
Distribución Reverso Films
Duración 91 min
Fecha de estreno 06/09/2024
Sinopsis
En 1986, la adolescente Mimi llega a un pequeño pueblo del oeste de Finlandia. Allí conocerá a Mariia y provocará un vuelco en su vida. Veinte años más tarde, Mariia regresará a su ciudad natal para cuidar de su madre enferma y los recuerdos del pasado aflorarán a la superficie.
Luz del 86 (Valoa, valoa, valoa)
Año 2023
País Finlandia
Dirección Inari Niemi
Guion Juuli Niemi. Novela: Vilja-Tuulia Huotarinen
Producción Lucy Loves Drama
Reparto Rebekka Baer, Anni Likkanen, Laura Birn, Pirjo Lonka
Fotografía Sari Aaltonen
Montaje Hanna Kuirinlahti
Música Joel Melasniemi
Distribución Reverso Films
Duración 91 min
Fecha de estreno 06/09/2024
Sinopsis
En 1986, la adolescente Mimi llega a un pequeño pueblo del oeste de Finlandia. Allí conocerá a Mariia y provocará un vuelco en su vida. Veinte años más tarde, Mariia regresará a su ciudad natal para cuidar de su madre enferma y los recuerdos del pasado aflorarán a la superficie.
Dentro de un par de años se cumplirá el 40 aniversario de la catástrofe de Chernóbil, accidente nuclear ocurrido en Ucrania (en aquel momento perteneciente a la Unión Soviética) y uno de los más grandes de la historia junto con el de Fukushima (acontecido en 2011). Aunque tan solo produjo 31 muertes directas, se estima que la radiación liberada por el incidente habría provocado cáncer (e incluso la posterior muerte) a miles de personas, aunque el número exacto es imposible de determinar. Aun así, para la mayoría, Chernóbil ya no es más que un recuerdo lejano. A veces, ni siquiera un recuerdo propio, sino tan solo un recuerdo de las generaciones anteriores. Una nota necrológica a pie de página en los libros de historia.
Esta catástrofe es el punto de partida de Valoa, valoa, valoa, la novela de Vilja-Tuulia Huotarinen que ha sido adaptada al cine por la finlandesa Inari Niemi. El film, estrenado en España con el título de Luz del 86, es el primero de la directora que podemos ver en salas comerciales.
Las imágenes iniciales de la película recorren Finlandia a vista de dron: los bosques, las azoteas de los edificios, las carreteras poco frecuentadas. La gente pasea por la calle, los niños y niñas juegan. Todo parece estar en orden hasta que, de repente, el cielo se tiñe de un inusual color rosáceo y empieza a llover. En unas horas, los medios de comunicación y las autoridades empezarán a informar sobre la catástrofe acontecida en Ucrania. Los medidores de radiación, las advertencias de seguridad y las pastillas de yodo pasarán a partir de ese momento a formar parte de una nueva y extraña cotidianidad. En una pequeña ciudad al oeste de Finlandia vive Mariia, una adolescente cuya rutina se ve trastocada, no tan solo por dicho accidente nuclear, sino también por la llegada de Mimi, su nueva compañera de instituto. Mimi, adolescente huérfana de madre que sobrevive como buenamente puede en una casa en la que casi nadie parece quererla, ni sus tíos, ni su padre. Su anciana abuela es la única con la que empatiza. Esta familia desestructurada, de clase baja y en parte alcohólica, contrasta de lleno con la de Mariia, aparentemente idílica. Con la felicidad ensombrecida, eso sí, por el cáncer que amenaza la vida de su madre. En un contexto como este, la desconfianza inicial entre ambas adolescentes se acabará transformando en ese primer amor furtivo disfrazado de amistad que, como era de esperar, no contará en absoluto con el beneplácito de la familia de Mariia.
INARI NIEMI NOS OFRECE EN SU CUARTO LARGOMETRAJE UN COMING OF AGE QUE, LEJOS DE MOSTRARNOS UNA IMAGEN DULCIFICADA DE LA ADOLESCENCIA, SE ADENTRA SIN TEMOR EN LOS CLAROSCUROS DE UNA FASE DE LA VIDA REPLETA DE CONVULSOS CAMBIOS.
Inari Niemi nos ofrece en su cuarto largometraje un coming of age que, lejos de mostrarnos una imagen dulcificada de la adolescencia, se adentra sin temor en los claroscuros de una fase de la vida repleta de convulsos cambios. La sensación de estar fuera de lugar, la falta de comunicación con el resto de personas, la impotencia frente a un mundo en el que pocas cosas parecen funcionar como debieran. No, la adolescencia no es idílica, como muchos largometrajes se empeñan en mostrar. Pero, a pesar de ello, hay algo mágico e irrepetible en dicha etapa que sólo se puede vivir una vez. Hablamos, como es de suponer, del descubrimiento del amor. De esa persona que parece estar ahí para ti, que te escucha, que te entiende, que sabe que existes. Esa persona con la que compartes lo que verdaderamente importa. Mariia y Mimi descubrirán, en ese verano del 86, lo importantes que son la una para la otra. Pero nada es eterno, el tiempo transcurre y las vidas cambian. Años más tarde, Mariia regresará a su ciudad natal para cuidar de su madre, amenazada de nuevo por el cáncer. Y claro, una vez allí, el pasado se volverá más presente que nunca y Mariia recordará aquel verano que cambió para siempre su vida.