Crítica — Mamífera: El deseo de no ser madre
En su tercer largometraje de ficción, Liliana Torres explora la voluntad de no tener hijos en una comedia dramática protagonizada por Maria Rodríguez Soto.
Mamífera
Año 2024
País Espanya
Dirección Liliana Torres
Guion Liliana Torres
Producción
Distinto Films
Edna Cinema
Reparto
Maria Rodríguez Soto
Enric Auquer
Ruth Llopis
Anna Alarcón
María Ribera
Anna Bertran
Mireia Aixalà
Marina Rodríguez
Ann Perelló
Amparo Fernández
Fotografía Lucía C. Pan
Montaje Sofi Escudé Poulenc
Música
Joan Pons Villaró
Jordi Matas Domènech
Distribución Filmax
Duración 93 min
Fecha de estreno 26 d'abril del 2024
Sinopsis
Lola disfruta de una vida feliz con su pareja, Bruno, hasta que un embarazo inesperado revoluciona todos sus planes. Aunque Lola siempre ha tenido claro que lo de ser madre no va con ella, ahora se siente cuestionada por las expectativas sociales y se enfrenta a sus temores internos. Durante los tres días que tienen que esperar hasta que llegue su cita en la clínica, Lola se acerca a sus amigas y su familia con la intención de reafirmar su decisión. Bruno tampoco se había imaginado nunca como padre. Hasta ahora.
Mamífera
Año 2024
País Espanya
Dirección Liliana Torres
Guion Liliana Torres
Producción
Distinto Films
Edna Cinema
Reparto
Maria Rodríguez Soto
Enric Auquer
Ruth Llopis
Anna Alarcón
María Ribera
Anna Bertran
Mireia Aixalà
Marina Rodríguez
Ann Perelló
Amparo Fernández
Fotografía Lucía C. Pan
Montaje Sofi Escudé Poulenc
Música
Joan Pons Villaró
Jordi Matas Domènech
Distribución Filmax
Duración 93 min
Fecha de estreno 26 d'abril del 2024
Sinopsis
Lola disfruta de una vida feliz con su pareja, Bruno, hasta que un embarazo inesperado revoluciona todos sus planes. Aunque Lola siempre ha tenido claro que lo de ser madre no va con ella, ahora se siente cuestionada por las expectativas sociales y se enfrenta a sus temores internos. Durante los tres días que tienen que esperar hasta que llegue su cita en la clínica, Lola se acerca a sus amigas y su familia con la intención de reafirmar su decisión. Bruno tampoco se había imaginado nunca como padre. Hasta ahora.
La primera reacción que provoca Mamífera es preguntarse por qué ha costado tanto que existiera una película como esta. Un film en que se plantea la decisión de una mujer de no tener hijos de forma clara y frontal, sin complejos ni subterfugios. Una película que habla de la no maternidad sin antagonizarla con la maternidad, que tiene claro que legitimar una opción en ningún caso significa estigmatizar la otra. Una historia que desvincula el hecho de ser mujer (mamífera) de la falacia del instinto materno, y al mismo tiempo reivindica que el deseo de tener hijos también es habitual en muchos hombres. Una comedia dramática en que se despatologiza la voluntad de no tener descendencia, desdramatizando las consecuencias que puede provocar en una pareja. Una propuesta en que queda claro que una mujer sin hijos no necesita ejercer de madre vicaria para también amar, cuidar a otros seres y ser feliz. Y que todo ello supone a menudo plantearse mil dudas, encarar fantasmas y driblar presiones sociales por todas partes.
Lola (Maria Rodríguez Soto, premio a la mejor interpretación femenina en el Festival South by Southwest) se enfrenta al dilema de ser madre a esa edad en que creía que ya no corría el riesgo de quedarse preñada. Ha pasado la época en que parece lógico priorizar la vida profesional y la despreocupación de la juventud, porque queda suficiente tiempo para replantearse el hecho de ser madre. Ahora, su embarazo puede ser la última oportunidad para subirse a ese barco. A su alrededor todo la empuja a tener hijos. Su hermana ejerce la maternidad y la mayoría de sus amigas también. Y si no, lo están intentándolo. Incluso Bruno (Enric Auquer), su pareja de hace años con quien vive felizmente y ya había acordado no tener hijos, ahora se lo repiensa ante la posibilidad de que nazca uno. ¿Por qué ella no?
UNA COMEDIA DRAMÁTICA EN QUE SE DESPATOLOGIZA LA VOLUNTAD DE NO TENER DESCENDENCIA, DESDRAMATIZANDO LAS CONSECUENCIAS QUE PUEDE PROVOCAR EN UNA PAREJA. UNA PROPUESTA EN QUE QUEDA CLARO QUE UNA MUJER SIN HIJOS NO NECESITA EJERCER DE MADRE VICARIA PARA TAMBIÉN AMAR, CUIDAR A OTROS SERES Y SER FELIZ.
Con su debut, Family Tour (2013), Liliana Torres se convirtió en una directora pionera en nuestro país a la hora de utilizar la autoficción para explorarse a sí misma a través de los vínculos con su entorno, en esa ocasión su propia familia. Después de convertir igualmente el cine en un territorio de autoanálisis en ¿Qué hicimos mal? (2021), en la que indagaba en los posibles errores de sus relaciones pasadas para revisar la presente, la directora aborda en este caso la cuestión de la no maternidad en un film que no juega tanto con el dispositivo autoficcional como los anteriores. Más allá de la posible dosis de inspiración en su propia postura sobre el tema, Mamífera funciona como una comedia dramática que interpela a la audiencia por lo bien que perfila a unos personajes muy identificables en nuestro contexto a través del conflicto que afronta la protagonista. La película sigue el proceso interior de Lola cuando se encuentra ante la decisión de interrumpir o no un embarazo no deseado. El film se sitúa justo antes de la última reforma de la ley del aborto en 2022, cuando se obligaba a las mujeres a pasar por un “periodo de reflexión” de tres días (a “ir al rincón de pensar”, como dice la protagonista) antes de practicarse la intervención. Durante estas tres jornadas, Lola se encara a las múltiples presiones sociales que naturalizan la maternidad, desde las nuevas formas de socialización de sus amigas-madres a los mensajes que apelan a la mala conciencia de “quién te cuidará cuando seas vieja”, hasta el punto de interrogarse sobre si tiene algún problema por no querer niños.
A partir de la profesión de la protagonista, profesora de arte, Mamífera incorpora un recurso estético insólito para plasmar los miedos e inseguridades que asaltan a la protagonista en este momento de incertidumbre. Sus pesadillas se retratan en forma de collage, una manifestación artística propiamente surrealista y con mucha tradición de práctica femenina (de la dadá Hannah Höch a Nancy Spero) que sin embargo vemos poco aplicada al cine, más allá de las populares viñetas de Terry Gilliam en películas de Monty Python. Torres también añade un elemento que otorga firmeza realista al retrato panorámico: esboza la condición socioeconómica de las protagonistas y cómo condiciona esto sus (no) maternidades a partir sobre todo de los barrios y entornos en los que se mueven. Lola vive en Montbau y viaja en cercanías para visitar a su madre; su mejor amiga Paula (Anna Alarcón), reside en un piso oficial cedido a Torre Baró, mientras que otras más afortunadas están establecidas en el Eixample, en un retrato de Barcelona que huye de los escenarios más tradicionales. La elección de Maria Rodríguez Soto añade un poso interesante al personaje, dado que la actriz se hizo conocida especialmente gracias a Los días que vendrán (2019), el film de Carles Marques-Marcet en que seguíamos el embarazo (real) de la protagonista. Que una misma actriz encarne a dos personajes ligados a dos opciones contrapuestas ante una inminente maternidad subraya la idea de que tener o no tener hijos no te convierte en una mujer diferente.