Crítica — Políticamente incorrectos: Los polos opuestos se atraen
La nueva película de Arantxa Echevarría se atreve con un género difícil y muy poco habitual en el cine español, la sátira política con tono de comedia romántica, una combinación, como mínimo, original.
Políticamente incorrectos
Año 2024
País España
Dirección Arantxa Echevarría
Guion Olatz Arroyo
Producción
LaZona
Atresmedia Cine
Espantapájaros Films
Netflix
Reparto
Adriana Torrebejano
Juanlu González
Elena Irureta
Gonzalo de Castro
María Hervás
Fotografía Pilar Sánchez Díaz
Montaje Renato Sanjuan
Música Marina Herlop
Distribución DeAPlaneta
Duración 91 min
Fecha de estreno 23 de febrero de 2024
Sinopsis
Los partidos Nueva Izquierda y España Liberal se enfrentan en unas reñidas y crispadas elecciones. Los becarios Laura, progre perroflauta, y Pablo, pijo con fachaleco, están dispuestos a cualquier cosa para conseguir la victoria de sus respectivos líderes, Alfonso y Victoria. Con lo que no cuenta ninguno de los dos es con el elemento humano que siempre juega malas pasadas. Viejos rencores, programas sin cumplir y amores prohibidos afloran en una campaña electoral a todo gas y sin frenos.
Políticamente incorrectos
Año 2024
País España
Dirección Arantxa Echevarría
Guion Olatz Arroyo
Producción
LaZona
Atresmedia Cine
Espantapájaros Films
Netflix
Reparto
Adriana Torrebejano
Juanlu González
Elena Irureta
Gonzalo de Castro
María Hervás
Fotografía Pilar Sánchez Díaz
Montaje Renato Sanjuan
Música Marina Herlop
Distribución DeAPlaneta
Duración 91 min
Fecha de estreno 23 de febrero de 2024
Sinopsis
Los partidos Nueva Izquierda y España Liberal se enfrentan en unas reñidas y crispadas elecciones. Los becarios Laura, progre perroflauta, y Pablo, pijo con fachaleco, están dispuestos a cualquier cosa para conseguir la victoria de sus respectivos líderes, Alfonso y Victoria. Con lo que no cuenta ninguno de los dos es con el elemento humano que siempre juega malas pasadas. Viejos rencores, programas sin cumplir y amores prohibidos afloran en una campaña electoral a todo gas y sin frenos.
Cuando aún no había estrenado Chinas, su segundo largometraje, Arantxa Echevarría ya estaba rodando Políticamente incorrectos. Ahora que se estrena esta comedia romántica sobre la vida política, Arantxa Echevarría está rodando su cuarta película La infiltrada, donde repite con Carolina Yuste, la gran revelación de su primer film Carmen y Lola. Una carrera meteórica y desde luego atípica en una industria donde las mujeres directoras pueden hacer una primera película con relativa facilidad, pero llegar a hacer una segunda o una tercera, ya es mucho más complicado.
En la filmografía ecléctica de la cineasta vasca encontramos dramas y comedias, pero lo único que tienen en común todos sus trabajos es una mirada sobre la realidad que la rodea, en unos casos con guiones propios como el de Carmen y Lola o Chinas, en otros basados en guiones ajenos que se lleva a su terreno. Aunque parezca un tema alejado de su cine, no cuesta imaginar qué es lo que le interesó del guion de Políticamente incorrectos, escrito por Olatz Arroyo, si recordamos que en 2015 Arantxa Echevarría rodó un corto titulado Yo, presidenta, donde se acercaba a la política de una manera desenfadada y hasta cierto punto premonitoria de la llegada de los populismos al poder.
«UNA SÁTIRA POLÍTICA CARGADA DE CRÍTICA DISFRAZADA DE COMEDIA ROMÁNTICA»
En el caso de Políticamente incorrectos, la directora utiliza la comedia más clásica del mundo, la de la guerra de sexos que Katharine Hepburn y Spencer Tracy llevaron a la excelencia en películas como La mujer del año (1942) o La costilla de Adán (1949). No pretendo comparar la sátira de Echevarría con estos films, pero si vale la pena señalar el hecho de que se haya atrevido a hacer una comedia como esta en una industria donde el género no suele estar bien visto. Y menos hecho por una mujer.
Claro que la incorrección de la imposible pareja formada por Laura, una divertida Adriana Torrebejano, y el estoico Pablo, Juanlu González, un descubrimiento, es menos incorrecta de lo que se podría pedir. Incluso a veces cae en una previsibilidad sonrojante. Pero el ritmo rápido de la acción, unos diálogos ágiles y punzantes, el efecto de reconocimiento de los personajes a los que es fácil identificar con auténticos políticos y, sobre todo, la presencia imprescindible de Elena Irureta como la Victoria inspirada en Esperanza Aguirre y de Gonzalo de Castro como Alfonso, un socialista de manual, hacen de esta película una sátira política cargada de crítica, disfrazada de comedia romántica.