Crítica — Prefiro condenarme: El derecho a querer y a ser querida
En 1972, Sagrario Ribera, una mariscadora gallega de 33 años, se enfrentó a un juicio por adulterio del que salió absuelta. Cincuenta años después, Margarita Ledo recupera su historia en un documental de creación que utiliza distintos lenguajes.
Prefiro condenarme
País España
Año 2024
Dirección Margarita Ledo Andión
Guion Margarita Ledo Andión, Eva Veiga
Producción Nós Productora Cinematográfica Galega S.L.
Reparto Sagrario Ribera Fra, Nardo Beceiro, Iria Pinheiro
Fotografía Alberte Branco
Montaje Clara G. Nieto
Distribución Atalante
Duración 88 min
Fecha de estreno 22 de noviembre del 2024
Sinopsis
La historia de las mil caras de Sagrario, mariscadora de la ría de Ferrol, nos enfrenta a una madre díscola, una órbita familiar en perpetuo desasosiego y un juicio por adulterio a los 33 años. Como una nueva Antígona, Sagrario se sitúa fuera de la regla y con su desobediencia reclama una igualdad ante la ley a la par que reivindica el derecho a su deseo de querer a quien quiera.
Prefiro condenarme
País España
Año 2024
Dirección Margarita Ledo Andión
Guion Margarita Ledo Andión, Eva Veiga
Producción Nós Productora Cinematográfica Galega S.L.
Reparto Sagrario Ribera Fra, Nardo Beceiro, Iria Pinheiro
Fotografía Alberte Branco
Montaje Clara G. Nieto
Distribución Atalante
Duración 88 min
Fecha de estreno 22 de noviembre del 2024
Sinopsis
La historia de las mil caras de Sagrario, mariscadora de la ría de Ferrol, nos enfrenta a una madre díscola, una órbita familiar en perpetuo desasosiego y un juicio por adulterio a los 33 años. Como una nueva Antígona, Sagrario se sitúa fuera de la regla y con su desobediencia reclama una igualdad ante la ley a la par que reivindica el derecho a su deseo de querer a quien quiera.
Margarita Ledo es una mujer importante en la cultura gallega. Escritora, investigadora y catedrática de Comunicación Audiovisual, debutó como cineasta tardíamente cuando ya tenía 53 años. Desde entonces, su nombre se ha convertido en una referencia en el cine documental gallego, sobre todo desde que en el 2020 irrumpió en el terreno del cine político con Nación, retrato de la lucha colectiva de las mujeres de la fábrica de cerámica de A Pontesa. Cuatro años después, vuelve a sorprender con Prefiro condenarme, un film que no es exactamente un documental, pero tampoco una ficción.
Utilizando un mecanismo narrativo que recuerda al de Las cuatro hijas, de la directora tunecina Kaouther Ben Hania, Margarita Ledo confronta a la Sagrario real en la actualidad con dos actrices que la representan: una como niña abandonada en un internado de monjas, la otra como joven poco sumisa a las exigencias de un marido, marino mercante, que cada vez que vuelve a casa le da una paliza y le hace un hijo.
La Sagrario de ahora mismo, una de las primeras mujeres que se divorciaron en el Ferrol, contempla su vida interpretada por estas dos actrices, conversa con ellas sobre su manera de entender la sociedad y acepta el diálogo imposible que la directora establece entre la Sagrario joven y Antígona, una figura poética/política que le sirve de coro con un discurso sobre cómo sobrevivir en una sociedad controladora y represiva.
“AUNQUE EMERGEN LA VIOLENCIA, EL MALTRATO, LA FALTA DE DERECHOS A LA PAR QUE UNA ATMÓSFERA OPRESIVA, EN REALIDAD DE LO QUE TRATA LA PELÍCULA ES DE LO QUE TODAS Y TODOS DESEAMOS: QUERER Y QUE TE QUIERAN”.
La historia de Sagrario es claramente feminista. Cansada de su vida, Sagrario se enamoró de un hombre bueno con el que tuvo una hija. Un hombre casado que no sufrió las consecuencias de su amor de la misma forma que ella. En 1972, cuando tenía 33 años, Sagrario fue denunciada por adúltera ante el Tribunal Eclesiástico que extrañamente la absolvió al escuchar sus razones. Prefiro condenarme es, además, una historia de lucha de clases y una reivindicación del trabajo de las mariscadoras de las rías gallegas, uno de los más duros que existe.
Combinando los lenguajes del presente real, la representación abstracta del pasado y los materiales de archivo, como el interesante reportaje de Carmen Sarmiento sobre la despenalización del adulterio, censurado por TVE en 1976 y emitido en 1978, Margarita Ledo construye un documental inclasificable, en el que se mezclan orgánicamente otro tipo de lenguajes que ella misma enumera: “la literatura, con las poetas Eva Veiga y Luisa Villalta; la plástica, con Maruja Mallo, desde las vanguardias y Segura Torrella, desde la pintura de tema local; la música, con la performance de Mónica de Nut y la composición original de la banda sonora del film, de la mano de una autora muy joven, Carmen Rodríguez”.
Todo esto hace de Prefiro condenarme una película distinta, quizás no redonda, quizás un poco ambiciosa en sus referentes: Bergman, Bresson, Kaurismäki, Marguerite Duras, pero sin ninguna duda interesante, además de arriesgada, tanto en su puesta en escena, como en el mensaje último de la historia: “aunque emergen la violencia, el maltrato, la falta de derechos a la par que una atmósfera social opresiva, en realidad de lo que trata la película es de lo que todas y todos deseamos: querer y que te quieran”.