Crítica — Sauna: Limpiar por dentro y por fuera

Cuando pensamos en una sauna, generalmente evocamos un espacio de calor y vapor donde los cuerpos se relajan y se limpian.  Pero una sauna es mucho más, especialmente en los fríos países nórdicos en los que su calidez contrasta con el hielo y la nieve que lo cubre todo. El precioso documental de Anna Hints nos acerca a un tipo de sauna muy especial, las saunas de humo de Vana-Võromaa, región boscosa del sur de Estonia, llamadas «savvusanna kombõ», una tradición recogida en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO. Las saunas de humo estonias son espacios de convivencia, de paz y contemplación, lugares donde se pueden dejar fuera los conflictos. 

El documental empieza con un sonido impactante sobre una pantalla en negro, un sonido que nos predispone a ver algún tipo de rito ancestral. La primera imagen que aparece es también muy poderosa: una mujer dando de mamar a un bebé. A partir de aquí se establecen los dos marcos de este hermoso trabajo: el rito y la tradición; los cuerpos y la vida. Porque fue precisamente saber que en las saunas de humo se producen los partos en una armonía general, lo que llevó a la directora a querer acercarse a esos lugares mágicos donde se alumbran los secretos más escondidos.

Antes de ver los rostros de las mujeres que van a protagonizar este relato, vemos sus cuerpos y oímos sus voces. Cuerpos deconstruidos, filmados de forma fragmentaria, componiendo imágenes casi abstractas. Voces que van relatando vivencias. Todo ello en una atmósfera cálida de fuego, agua y humo, fantasmas en la niebla de ese espacio reducido y acogedor que poco a poco vamos conociendo.

Sauna sucede a lo largo de varios meses en los que las mujeres allí reunidas van desgranando los temas que les preocupan. Temas universales y extrapolables a cualquier sociedad, que ellas abordan con libertad y sin vergüenza en un ambiente de seguridad y sororidad. Desde la infancia hasta las relaciones con los padres, pasando por la vida en pareja, los hijos, el aborto, el parto, la regla, los malos tratos, las separaciones, la enfermedad o la muerte, y el amor (con un hombre, con una mujer). Todo ello conduce a una catarsis final en la que se relata una violación que nunca se habría podido contar si antes no se hubiera creado esa atmósfera de complicidad y apoyo.

El desnudo femenino domina por completo este film punteado por escenas de música tradicional. La mujer en todo su esplendor, en toda su riqueza, su volumen, sus pechos, sus arrugas, llena el espacio de la sauna. El hecho de que Anna Hints sea una reconocida artista, especialista en música experimental, es lo que explica el tono del documental fotografiado por Ants Tammik con una belleza pictórica en los encuadres, en las texturas, en las humedades que produce el agua, el vapor, las lágrimas. En este lugar pequeño, cerrado, con una atmósfera cargada de humo, las figuras aparecen en toda su grandeza, a veces como fantasmas, a veces como cuadros clásicos, siempre emocionantes.

Realizado a lo largo de 70 días entre marzo del 2020 y enero del 2021, en plena pandemia, Sauna se rodó en un remoto lugar del sur de Estonia con un pequeño equipo técnico y en condiciones extremas que, sin embargo, favorecieron la complicidad, no sólo entre las mujeres que actúan delante de la cámara, sino también entre todos los miembros del equipo. 

Celebración del agua y el fuego, la sauna de Anna Hints limpia por dentro y por fuera, lo físico y lo espiritual, el cuerpo y el alma.