Crítica — Soy Nevenka: Atreverse a denunciar
Icíar Bollaín recupera el primer caso en España de denuncia a un político por acoso sexual y laboral, el llamado caso Nevenka, en una película que pone el acento en el terror psicológico y la indefensión de una mujer (y de las mujeres en general) frente a los abusos de poder.
Soy Nevenka
País España
Año 2024
Dirección Icíar Bollaín
Guion
Icíar Bollaín
Isa Campo
Producción
Kowalski Films
Feelgood Media
Movistar Plus+
Reparto
Mireia Oriol
Urko Olazábal
Fotografía Gris Jordana
Montaje Nacho Ruiz Capillas
Música Iñaki Díez
Distribución Buenavista Internacional
Duración 110 min
Fecha de estreno 27 de septiembre de 2024
Sinopsis
En el año 2000, Nevenka Fernández, concejala de Hacienda en el Ayuntamiento de Ponferrada, sufre una persecución implacable por parte del alcalde, acostumbrado a hacer su voluntad en lo político y en lo personal. Nevenka decide denunciar, aunque sabe que deberá pagar un precio muy alto.
Soy Nevenka
País España
Año 2024
Dirección Icíar Bollaín
Guion
Icíar Bollaín
Isa Campo
Producción
Kowalski Films
Feelgood Media
Movistar Plus+
Reparto
Mireia Oriol
Urko Olazábal
Fotografía Gris Jordana
Montaje Nacho Ruiz Capillas
Música Iñaki Díez
Distribución Buenavista Internacional
Duración 110 min
Fecha de estreno 27 de septiembre de 2024
Sinopsis
En el año 2000, Nevenka Fernández, concejala de Hacienda en el Ayuntamiento de Ponferrada, sufre una persecución implacable por parte del alcalde, acostumbrado a hacer su voluntad en lo político y en lo personal. Nevenka decide denunciar, aunque sabe que deberá pagar un precio muy alto.
En el año 2021, un documental de Maribel Sánchez-Maroto volvió a traer a primer plano la historia de Nevenka Fernández dándole la voz a la propia protagonista que por primera vez hablaba a una cámara de lo que se conoció como el “caso Nevenka”. En ese documental de tres capítulos, la fuerza de la mirada y la presencia de una Nevenka adulta relatando el abuso que padeció en el año 2001, cuando tenía 26 años, era la baza principal de un film que podemos calificar de militante y político.
Icíar Bollaín, con la colaboración de Isa Campo, con la que ya trabajó en Maixabel, se acerca a esta historia real desde otro punto de vista. Para quien no conozca el caso y no haya visto el documental, Soy Nevenka puede parecer una ficción imaginada. Pero los que recuerden a Nevenka por su edad o tengan en mente el documental, sabrán que las guionistas no se han inventado nada. Es cierto que todo lo que pasa sucedió de esa manera, que los personajes que aparecen se comportaron así, que el juicio penal lo ganó Nevenka pero el juicio de la calle y de los medios la obligó a marcharse de España. Entonces, si todo eso ya estaba en Nevenka el documental, ¿por qué hacer una película?
Ahí entra en juego la habilidad de las guionistas para convertir esta historia de abusos sexuales y laborales en una ficción. Hay veces que la ficción sirve mucho mejor que el documental para denunciar una situación injusta. La emoción que transmite Mireia Oriol en el largo calvario de persecución y destrucción que sufrió durante dos años es algo que ningún documental puede conseguir. Escuchar como su depredador la llama Kenka, usando ese nombre como un insulto, demostrando con ello que ella le pertenece, es demoledor. Por eso es tan importante el momento en que ella afirma “Soy Nevenka”.
HAY VECES QUE LA FICCIÓN SIRVE MUCHO MEJOR QUE EL DOCUMENTAL PARA DENUNCIAR UNA SITUACIÓN INJUSTA. LA EMOCIÓN QUE TRANSMITE MIREIA ORIOL EN EL LARGO CALVARIO DE PERSECUCIÓN Y DESTRUCCIÓN QUE SUFRIÓ DURANTE DOS AÑOS ES ALGO QUE NINGÚN DOCUMENTAL PUEDE CONSEGUIR.
Al centrarse en ella y su ingenuidad, su frescura y sus ganas de hacer las cosas bien, crece la indignación frente a las humillaciones y los desprecios de que fue objeto una y otra vez. Es ese proceso de destrucción lo que Soy Nevenka retrata con rigor y pasión: la impotencia de un animal atrapado incapaz de moverse frente al depredador, la capacidad de reacción que poco a poco va ganando a pesar de su entorno más cercano.
En el documental, el entorno familiar y laboral de Nevenka aparecía pero no era tan indignante como resulta en una ficción. El miedo, la hipocresía, la cobardía, el qué dirán, el eso no va conmigo, el juicio sobre Nevenka decidido a priori sin escuchar sus razones, es devastador. Una mirada de su madre, un gesto de su secretaria, bastan para dibujar una situación que desgraciadamente era mucho más común de lo que se creía (era y, probablemente, es).
Mireia Oriol es perfecta para el personaje, frágil en apariencia, inteligente, independiente, se va consumiendo ante nuestros ojos a medida que sufre en silencio y escondida los abusos de Urko Olazábal, al que le ha tocado interpretar un personaje grotesco y desagradable, el alcalde dominante y poderoso, acostumbrado a mandar sobre sus subordinados, que no soporta que Nevenka le rechace y por eso intenta destruirla. Ismael se prestaba a caer en la caricatura, pero el actor nunca llega hasta ese punto. Y eso lo hace aun más temible.
En la presentación de la película se lee: “Una historia inspirada en hechos reales que convierte a su protagonista en una pionera del movimiento #MeToo al llevar por primera vez a un político influyente ante los tribunales por acoso sexual y laboral”. Nevenka fue una pionera, el documental fue un primer paso en dar a conocer su caso, y la ficción profundiza en el lado más humano y sensible de una historia que debería explicarse en los colegios.