Crítica — El hombre más feliz del mundo
El hombre más feliz del mundo (Najsrekjniot chovek na svetot)
Año 2022
País Macedonia
Dirección Teona Strugar Mitevska
Guion
Teona Strugar Mitevska
Elma Tataragic
Producción
Sisters and Brother Mitevski
Vértigo
Terminal 3
SCCA/PRO-BA-Sarajevo
Center for Contemporary Art
Entre Chien et Loup
Frau Film
Reparto
Jelena Kordic Kuret
Adnan Omerovic
Labina Mitevska
Ana Kostovska
Ksenija Marinkovic
Fotografía Virginie Saint-Martin
Montaje Per K. Lirkegaard
Música Johan Johansson
Distribución Pyramide Distribution
Duración 100 min
Sinopsis
Asja tiene 40 años, vive en Sarajevo y conoce al banquero Zoran en una cita a ciegas. Pronto veremos que Zoran no busca el amor sino otra cosa que Asja irá descubriendo en ese encuentro que resulta mucho más perturbador de lo que nunca pudo esperar.
El hombre más feliz del mundo (Najsrekjniot chovek na svetot)
Año 2022
País Macedonia
Dirección Teona Strugar Mitevska
Guion
Teona Strugar Mitevska
Elma Tataragic
Producción
Sisters and Brother Mitevski
Vértigo
Terminal 3
SCCA/PRO-BA-Sarajevo
Center for Contemporary Art
Entre Chien et Loup
Frau Film
Reparto
Jelena Kordic Kuret
Adnan Omerovic
Labina Mitevska
Ana Kostovska
Ksenija Marinkovic
Fotografía Virginie Saint-Martin
Montaje Per K. Lirkegaard
Música Johan Johansson
Distribución Pyramide Distribution
Duración 100 min
Sinopsis
Asja tiene 40 años, vive en Sarajevo y conoce al banquero Zoran en una cita a ciegas. Pronto veremos que Zoran no busca el amor sino otra cosa que Asja irá descubriendo en ese encuentro que resulta mucho más perturbador de lo que nunca pudo esperar.
Asja es una mujer soltera de 40 años que vive en Sarajevo. Conoce a Zoran, un banquero de 43 años, en un lugar de citas. Sin embargo, Zoran no está allí buscando el amor, sino el perdón. Durante la guerra de 1993 estuvo disparando a la ciudad desde el lado opuesto, y quiere conocer a su primera víctima. Ahora, ambos tienen que revivir el dolor a la hora de buscar el perdón.
Asja, una mujer de 40 años de edad, entra en el vestíbulo de un hotel de estilo brutalista en Sarajevo y se dirige a lo que parece ser un lugar de citas a ciegas organizadas. Allí, mediante una serie de juegos de preguntas y actividades lúdicas de diversa índole, los solitarios asistentes tendrán la oportunidad de conocer potenciales parejas. El escenario, decorado al milímetro, tan perturbador como kitsch, nos muestra un repertorio de personajes a cada cual más esperpéntico que el anterior, y las actividades nos recuerdan a aquellas que realizan los asistentes a cruceros del Imserso. Zoran, un banquero de 43 años, se sienta frente a Asja, será su pareja durante la sesión. Empieza el juego de preguntas y respuestas: poco a poco vamos conociendo a los dos protagonistas y, poco a poco, la semilla de la inquietud empieza a crecer. Lo que había empezado como una comedia algo esperpéntica, cambia de tono y se oscurece por momentos. El extraño comportamiento de Zoran nos da a entender que, en realidad, no va en busca de pareja. ¿Por qué está en un lugar como este? ¿Qué busca en realidad? ¿Cuál es ese vínculo entre Zoran y Asja que solo Zoran parece conocer? ¿A qué momento del pasado tendríamos que remontarnos para averiguarlo? Estas son las preguntas que se hace la desconcertada Asja y también las que se hace el espectador; preguntas cuya respuesta conoceremos cuando el pasado irrumpa a modo de flashback que estalla para descomponerlo todo.
«ZORAN NO BUSCA EL AMOR SINO OTRA COSA QUE ASJA IRÁ DESCUBRIENDO EN ESE ENCUENTRO QUE RESULTA MUCHO MÁS PERTURBADOR DE LO QUE NUNCA PUDO ESPERAR.»
Teona Strugar Mitevska, directora de I am from Titov Veles (2007) o Dios es mujer y se llama Petrunya (2019), regresa esta vez con un film sobre la identidad y las fronteras, pero especialmente sobre la culpa, la redención y las consecuencias de la guerra –las visibles y las no visibles–. Una guerra, la de la antigua Yugoslavia, que sigue presente en las mentes y las vidas de Zoran y Asja. Una guerra que tuvo lugar no hace tanto, que estuvo activa hasta el 2001. Y 2001, no lo olvidemos, es el siglo XXI.