Glorimar Marrero — Cine militante, cine político, cine feminista
"La pecera" es eso a lo que tenemos que prestar atención, eso que tenemos que cuidar. Una pecera bien cuidada puede tener un ecosistema muy saludable, pero una pecera que no se atiende y no se limpia, puede provocar la muerte del sistema que la habita.
En la última ceremonia de los Premios Goya sorprendió encontrar entre las nominadas a la mejor película iberoamericana una película puertorriqueña estrenada casi a escondidas hace ahora poco más de un año, el 26 de mayo del 2023. Filmtopia todavía no había salido a la luz y, aunque desde el principio nos interesó mucho la apuesta de Glorimar Marrero con La pecera, no tuvimos oportunidad de comentar la película. Glorimar Marrero vino a España para los Premios Goya 2024 y fue entonces cuando pudimos hablar con ella sobre este interesante y arriesgado proyecto que se puede ver en Filmin.
La pecera es una película de agua, de dolor, de enfermedad y de creación. Pero también es un film políticamente comprometido y abiertamente feminista. La historia es la de Noelia, una artista experimental que lucha contra un cáncer terminal. Noelia salió de la isla de Vieques hace muchos años y ahora, cuando ve su final cercano, decide volver allí, a esa isla paradisíaca que encierra una podredumbre en sus aguas. Los desechos militares de la Marina norteamericana contaminan las no limpias aguas de Vieques y son el origen del cáncer de Noelia. De esto habla esta ópera prima que nos descubre una cinematografía de la que no sabemos casi nada.
Un apunte necesario, en la entrevista hemos querido mantener, en lo posible, la manera de hablar y construir las frases de la directora, un poco distinta a la que nosotras solemos utilizar.
La primera pregunta es obligada. ¿Es fácil hacer cine en Puerto Rico y más siendo mujer?
GM No, no lo es, es un desafío monumental. Ha habido algunas pioneras que nos han abierto el camino para que mi generación pudiese ver la creación cinematográfica como algo posible y no sólo como directoras. En esta película también hay un grupo de mujeres que han sido muy importantes para encaminar el proyecto: la producción ejecutiva, obviamente, el talento artístico, porque hay muchas actrices; pero también hay mujeres en jefatura de distintos departamentos de la película.
¿Cómo accede a la profesión alguien que quiere hacer cine en Puerto Rico?
GM En mi caso, estudié Sociología y tengo una maestría en Comunicación. A nivel de cinematografía, soy autodidacta. Con el guion de La pecera sí tuve acceso a laboratorios y talleres. Por ejemplo, la Escuela de Cine de Cuba me abrió una vacante de residencia en dirección, me invitaron y pude hacer un corto allí. Esa formación, hacer ese corto, sí que me ayudó mucho a aclarar lagunas que tenía.
En cuanto a la educación en Puerto Rico, los bachilleratos en cine son interdisciplinarios. Se trabaja más desde una óptica integral de producción y se cubren distintas áreas. Formación específica en lo que es cinematografía, dirección, no existe. Hay clases que forman parte de la licenciatura, en Puerto Rico se llama «bachillerato», que son esos primeros cuatro años de carrera. Hay varios caminos para acceder. Hay gente que estudia una licenciatura en comunicación general y se especializa en cine con clases adicionales, o estudia una licenciatura interdisciplinaria de cine, radio y televisión. Muchas personas hacen un bachillerato en literatura o hacen maestrías en cine, por lo general, fuera de Puerto Rico. Y hay mucho autodidacta también. Personas con formación en distintas áreas se sientan a escribir y preparan proyectos.
La pecera es tu primer largometraje y has estado trabajando en él desde hace varios años. Quizá por eso no parece una ópera prima.
GM Empecé a escribir el guion en el 2013 y he podido trabajarlo en profundidad. Tuvimos muchos contratiempos, huracanes, terremotos, pandemia, que fueron retrasando el rodaje, pero eso ayudó a que el guion madurara y que yo también madurara como directora. Me ayudó a prepararme para el rodaje de la película dirigiendo piezas de vídeo experimental, cortometrajes, que me permitieron conocer el oficio activo antes del rodaje de la película.
Probablemente si hubieras hecho la película en el 2013 o en el 2014 no sería tan sólida como es ahora.
GM Sí, probablemente. Yo creo que el paso del tiempo ayudó a madurar el proyecto y a elaborar la historia para que en el proceso de rodaje yo estuviera más segura, y tuviera más preparación para la apuesta y para encarar los personajes a la hora de las interpretaciones.
¿Por qué quisiste que Noelia fuera artista? Si no estoy equivocada, el punto de partida es el cáncer que tuvo tu madre hace mucho tiempo.
GM Sí, ese fue el origen, pero mi mamá, que ya murió, no era artista, era enfermera. Quise que Noelia fuera artista porque hay muy pocas películas puertorriqueñas que representan a artistas, es una comunidad no representada, olvidada. Yo tengo un cuerpo de trabajo interdisciplinario, hago vídeo experimental e instalaciones, y la película me ayudaba a poner en práctica una propuesta audiovisual que podía transitar con objetos, con texturas. Por eso quise trabajarla desde el punto de vista de una mujer artista, para añadir el universo interior del personaje. Una artista también me ayudaba a que tuviera una forma de maniobrar y de trabajar su propio duelo y su propio proceso de la enfermedad. Era una extensión de su tránsito de la enfermedad. La forma plástica le da a la película una dimensión casi experimental visualmente. No es sólo una historia de una mujer que se enfrenta a su enfermedad, es algo más.
Noelia tiene una relación importante con su madre por un lado y, también, con los dos hombres de su vida, su marido y su amigo. ¿Cómo construiste estas relaciones?
GM Para mí era importante que el espacio de la madre tuviera un contraste con el espacio de su casa en la ciudad, que el espacio de la madre fuera un lugar donde la escucha fuera más abierta, sin juicios, un espacio donde ella se pudiera integrar y reconectar con su comunidad. En ese sentido, el espacio de la madre es el lugar que ella busca para poder afrontar el proceso final de su vida. Me gustaba trabajarlo con una madre amorosa, muy representativa de lo que podemos percibir de las madres caribeñas, que son bien toconas, bien besonas, lo quieren resolver todo con comida. Me gustaba ver cómo luce una mamá puertorriqueña con la que todos nos podemos identificar. La madre le tenía que dar el espacio que no estaba teniendo en su casa de San Juan, donde, por el contrario, su marido es insistente, no la escucha. La figura de Jorge sirve para representar esa relación que dejó de ser relación y se convirtió casi en una forma de paciente y médico. Él deja de escucharla y atender sus deseos, quiere imponer los suyos como hacen los cuidadores. Yo era un poco así con mi mamá, le insistía que tenía que hacer cosas que ella no quería. El amigo de la infancia me daba el espacio de escucha sin juicio, una escucha que le permitía a ella decir verdaderamente lo que le estaba pasando.
El paisaje de la isla es importante, es una isla bellísima, pero encierra mucha podredumbre. La isla y ella son iguales, hay un paralelismo entre Noelia y la isla de Vieques.
El recorrido de Noelia es un espejo de la isla de Vieques. Ella tiene una tripa por fuera por una enfermedad. Yo siento que esa tripa es la tripa de todo un país y que la colonización de su cuerpo por un cáncer es igual al efecto de la colonización del cáncer de la contaminación bélica en Vieques. Ella se enfermó por esa contaminación y tiene este diagnóstico terminal. Al regresar, podemos ver lo que provocó su enfermedad y cómo ella se convierte en un espejo directo: su cuerpo es igual a Vieques. Ella intenta curar a la isla, pero no se puede curar a sí misma. Noelia quiere documentar lo que está pasando ahí, sigue aferrada a trabajar, aunque sean proyectos que no van a terminar. Se va a enfrentar a lo que le contaminó a ella. Ese es el legado que puede dejar, las imágenes que capturó con el resto de la comunidad.
El agua es fundamental en la película, la bañera, el mar, el río…
GM El agua es vida y es el elemento que nos une. Puerto Rico es un archipiélago rodeado de agua. El agua es lo que nos une con la cuenca caribeña que también está contaminada por los desperdicios bélicos. Era importante hablar del agua como el elemento que la calma, porque ella viene de una isla rodeada de agua, una isla pequeña donde la cercanía del agua es todavía más evidente. Como viequense, era coherente que estuviera apegada al elemento del agua como el espacio donde se encuentra bien. Busca alivio dentro del agua, por eso la bañera se convierte en un bálsamo de alivio. Pero sirve también para que nos fijemos en el agua, que es donde está la contaminación más grande en Vieques. Es el contraste entre el agua que te puede dar alivio y descanso y el agua que tenemos contaminada por unos objetos bélicos que no han sido retirados y que siguen estando bajo el agua. Es una manera de mostrar un elemento al que tenemos que prestar atención.
Empiezas en una bañera no confortable y acabas en una bañera que sí es confortable. ¿La bañera es la pecera?
GM Sí, la bañera es la pecera, pero también la pecera es eso a lo que tenemos que prestar atención, eso que tenemos que cuidar. Una pecera bien cuidada puede tener un ecosistema muy saludable, pero una pecera que no se atiende y no se limpia puede provocar la muerte del sistema que la habita.
NV ¿Qué fue lo más difícil de rodar?
GM El bajo agua fue especialmente un reto porque tuvimos que trabajar en una distancia controlada. Una más cercana a la orilla, más segura y otra que es el espacio natural donde están los desperdicios. Rodar bajo agua siempre es un desafío. Toma mucho tiempo y, por el hecho de que estábamos en un área con contaminación bélica, no teníamos ese tiempo. Había que entrar, filmar en muy poco tiempo y trabajar con lo que hubiéramos podido rodar. A otro nivel, las secuencias íntimas y la secuencia final, por ejemplo, fueron muy difíciles para la actriz por tener que enfrentarse a ese proceso tan denso, tan duro. Para las actrices, aunque estén entrenadas para encarar estos procesos, es difícil, es una apuesta. Estás hablando de un cuerpo enfermo que va camino de morir, hay una carga emocional a la hora de encarar los momentos de enfermedad y dolor.
Háblame un poco de Isel Rodríguez que está magnífica en el personaje de Noelia.
GM Isel Rodríguez es muy popular en Puerto Rico, tiene una filmografía como actriz extensa, principalmente en comedia. Para ella este personaje era un reto enorme. La trajo el director de casting. Yo no había pensado en ella porque, honestamente sólo hace comedias y me costaba pensar que podía transitar a un lugar dramático. Pero es tan buena actriz que ya en la prueba se lució. Isel tiene dos niñas con una abuela en Vieques, por lo que estaba muy familiarizada con las historias de la enfermedad, con las historias de las muertes en Vieques por la contaminación. Al hacer el casting, como viequense le salió muy natural el sentimiento de reconocerse en el personaje. Ha hecho un trabajo muy notable.
La pecera es una película perturbadora, no es confortable. Muestra el miedo de una manera desafiante para el espectador. ¿Qué reacciones has tenido en su estreno?
GM En Puerto Rico la reacción ha sido muy favorable, la audiencia se ha identificado mucho con el hecho de que aborda un proceso de enfermedad. Lamentablemente en Puerto Rico todo el mundo tiene algún lazo con personas que sufren cáncer. Hay gente que ha visto la película dos o tres veces, muchas personas se han volcado a comentarla en sus redes sociales, el público general, no necesariamente críticos de cine. Lo que expresan que les ha gustado es precisamente verse representados y ver a sus familiares que han estado pasando por eso, sobre todo por cómo Isel interpreta el recorrido de una mujer con una enfermedad. La audiencia se identifica con ese dolor que ella trabaja de una manera muy sutil, pero a la vez muy evidente. Estrenamos en agosto y estuvimos 13 semanas, y luego con el anuncio de la nominación al Goya la volvieron a poner en salas, es algo impresionante para la cinematografía puertorriqueña. Ha habido mucho interés en acercarse a la historia. También hay una reacción de la gente que siente que se muestra Puerto Rico como es: “No lo pintaste y lo pusiste bonito, estamos viendo Puerto Rico tal cual”. También, obviamente, porque se está dando visibilidad al problema de Vieques que se ha tratado en documentales pero no en ficción. A la gente le ha gustado ver una historia que habla de algo muy terrible, agradecen que esto se haya contado.
¿Se puede decir que la película es cine militante, cine político y cine feminista?
GM Me gustan las tres definiciones aplicadas a La pecera. Cuando una se sienta a escribir no piensa: «Voy a hacer cine de denuncia». Eso viene luego. En muchos lugares nos han identificado como cine de denuncia y militante, y con una propuesta desde un lugar feminista, pero también vinculado a las historias que abordan el tema ambiental, porque la contaminación bélica a su vez tiene un impacto ambiental. Todas esas capas van sumando y creo que sí, que estamos alineados con ese cine comprometido.
¿Qué ha significado la nominación en los Goya como mejor película iberoamericana?
GM Ha sido algo inesperado que ha generado mucha alegría porque es un espaldarazo al trabajo del equipo, tanto de Puerto Rico como de España. También tenemos talento de República Dominicana y Argentina. Es como una confirmación de que a través de una coproducción podemos realizar una película con rigor que tiene el apoyo de la comunidad cinematográfica de España, que nos reconoce como país y nos coloca en una categoría de Iberoamérica a la que Puerto Rico pertenece. Es mucha responsabilidad también porque es la primera vez que Puerto Rico está representada en estos premios. Los premios no son la meta a la que aspiramos, pero nos dan representación en un espacio donde Puerto Rico nunca ha estado. Lo que nos da esta nominación es ampliar la visibilidad, eso es lo más importante.
El montaje es de Clara Martínez Malagelada, una montadora española.
GM Clara es un talento importante dentro de La pecera. Tuvimos unas jornadas de trabajo muy concentradas y tuvimos oportunidad de todo. Clara prueba todo, ha trabajado para que yo viera todas las posibilidades y que tuviese el tiempo para tomar las decisiones. Es una montadora muy consciente de los tiempos, muy consciente de la narrativa y del poder del montaje. Reescribimos el guion en el montaje. Hay secuencias que se fueron por completo. Pero lo mejor de su trabajo fue su capacidad de escucha, sin juicios, explorando todas las posibilidades que teníamos dentro del tiempo que teníamos disponible. Teníamos la libertad de probar y ver y sentir y descansarlo, retomarlo. Es una montadora muy talentosa, muy inteligente y muy sensible. Supo navegar el punto de vista del personaje principal para que ella fuera el latido central del corte. A nivel de guion, yo había abierto un poco ese punto de vista y luego en montaje tomamos la decisión de que lo cerrara ella. Es muy generosa, muy enfocada, es muy joven pero tiene una gran madurez. En el corte final de La pecera hay un trabajo importante de las secuencias y las transiciones. Volvería a trabajar con Clara sin duda.
¿Nos puedes comentar un poco cuál es la situación del cine hecho por mujeres en Puerto Rico?
GM En Puerto Rico afortunadamente ha habido un crecimiento de obras realizadas por mujeres. Por ejemplo, nosotras estrenamos en Sundance del 2023 y, en ese momento, había en cartelera, en San Juan, dos películas dirigidas por mujeres puertorriqueñas. Era algo histórico. Las fuentes primarias de financiación, los fondos para hacer cine los distribuyen hombres todavía, creo que ahí sí hace falta más inclusión de mujeres, en los puestos de toma de decisiones a la hora de financiar proyectos. Donde sí ha habido un cambio, es por parte de las realizadoras de sumarnos. Hace un año se abrió un chat de mujeres cineastas puertorriqueñas en donde hay una red de trabajo y de solidaridad. Nos intercambiamos materiales, nos quejamos, buscamos ayuda. Hay un encuentro de diálogo y de acompañamiento que te ayuda mucho.
¿Qué piensas de que exista una web como Filmtopia?
GM El hecho de que una web como esta exista da visibilidad a los trabajos, las historias. Me parece que puede ser una referencia a la que podamos dirigirnos para buscar información. Porque es importante conocer el trabajo de otras colegas cineastas que muchas veces no nos llega a Puerto Rico. Una web que tengamos como un espacio de creación de todo eso me parece fundamental y supervaliosa.