Lucía G. Romero — Confeccionar una mirada luminosa
“Cuando me planteo hacer películas y escribir estos personajes ahora mismo no veo otra manera de hacerlo que no sea dándoles un poco de luz. Estamos tan acostumbrados y acostumbradas a retratos de gente que no está en la norma en los que acaba superjodida que me parece importante entender que la realidad no siempre es así, es importante tener referentes de cosas que salen bien y de veces en las que aprendemos y ganamos, quizás no lo que queremos, pero sí lo que necesitamos.”
Abrimos una conversación con la guionista y directora catalana Lucía G. Romero a propósito de su último cortometraje Casi septiembre, que recoge la historia de Alejandra, una joven lesbiana que vive de forma permanente en un camping al que, durante las temporadas altas, acuden turistas de todas partes del mundo. Un verano más de conexiones fugaces en un lugar congelado en el tiempo se tambalea con la aparición de Amara, una turista madrileña que le recordará las posibilidades del libre albedrío.
Lucía G. Romero se graduó en la ESCAC con un máster especializado en dirección cinematográfica. El 13 de febrero de 2024 ganó el Oso de Cristal al mejor cortometraje en la sección de público joven de la Berlinale con su primer cortometraje, Cura Sana, y Filmax anunció su participación como productora en la realización de su primer largometraje. Romero construye sus universos desde la honestidad de lo vivido en primera persona, o aquello que le es cercano, y desde sus primeros trabajos se aproxima a aquellas personas que habitan los márgenes de la sociedad con una mirada política que, consciente, brinda luminosidad a circunstancias y patrones destructivos que desmonta, cuestiona y reconstruye, aportando alternativas a una realidad alienante.
Casi septiembre ya ha sido seleccionado en la Berlinale y es la segunda vez que estás allí tras tu paso con Cura Sana. ¿Cómo ves el viaje de Casi septiembre, sobre todo en un festival que abraza tanto el cine queer?
Estoy muy emocionada, ha sido una selección un poco inesperada. Terminé este corto que era mi trabajo de final de máster y fui muy justa con los plazos. Enviamos un work in progress, todo un poco atropellado y no las tenía todas conmigo. Cuando nos dijeron que volvíamos, fue un momento de incredulidad. El año pasado nos seleccionaron con el TFG (Cura Sana) y teníamos esa sensación de abrazar el momento, de no saber si esto iba a volver a pasar. Me siento muy afortunada de poder ir por segunda vez y también con menos nervios, ya conozco cómo funcionan las cosas y voy con la mentalidad de que quiero disfrutar haciendo todo. Estas cosas siempre te pillan desprevenida y también depende mucho de la audiencia. Espero que la gente se pueda sentir, no sé si reflejada, pero mínimo que pueda empatizar emocionalmente con la historia. Más allá de ser una historia que está creada por una mujer lesbiana y demás, también habla de algo muy universal que es el miedo al abandono, a ser vulnerable, así que tengo muchas ganas de ver qué pasa.
Me interesa mucho cuáles son tus referencias, tanto temáticas como visuales, a la hora de idear el corto. El visionado me llevó mucho a pensar en Céline Sciamma, Andrea Arnold…
Me interesa mucho cómo rueda Andrea Arnold. Luego Céline Sciamma también me gusta mucho a nivel temático y formal. Y cineastas como Sean Baker, que ponen el foco en los márgenes, también me gustan mucho. Para este cortometraje pensé en los universos de estas tres personas tres cineastas, también a la hora de crear la relación entre las dos protagonistas. También tuve en cuenta a Luca Guadagnino a la hora de establecer un romance, me gusta mucho esa atmósfera veraniega.