Lana Gogoberidze — La cineasta que transformó la tragedia personal en triunfo cinematográfico
A finales de 2024 el Festival de Cine de Tallin (PÖFF) otorgó su premio a la trayectoria a Lana Gogoberidze, de 96 años, que no deja de crear y abogar por la libertad. Si el cine georgiano es una marca en sí misma, su gran dama –representante de la única dinastía femenina del mundo con tres generaciones de cineastas– es la dueña de su vitalidad y emancipación.
Es difícil decidir qué resulta más inspirador en relación con Lana Gogoberidze: sus películas, realizadas con dedicación profunda, que abarcan todos los aspectos de la existencia, o la increíble trayectoria de su larga y turbulenta vida. Como se destacará en el texto que sigue, parcialmente basado en una conversación con la propia Gogoberidze, realizada durante su retrospectiva en el Festival de cine goEast en Wiesbaden en 2022, el cine, incrustado en su genealogía familiar, es una extensión natural de la vida, y tal vez en su dedicación a la creatividad resida el secreto de la vitalidad y longevidad de la misma cineasta.
La biografía de Lana Gogoberidze es inseparable del desarrollo del cine georgiano, ya que su madre, Nutsa Gogoberidze, fue la primera mujer directora de Georgia. Por su cuenta, Lana se consolidó como una de las creadoras más destacadas del cine georgiano, con sus trece largometrajes —documentales y de ficción— realizados a lo largo de cinco décadas, y se posicionó mundialmente entre las pocas mujeres cineastas de la época con un estilo tan singular. En 1988, fue elegida presidenta de la Asociación Internacional de Mujeres Directoras, mientras ocupaba los cargos de miembro del Parlamento de Georgia y embajadora de Georgia en Francia. Su hija, Salomé Alexi, además de haber aparecido como actriz en varias películas de Lana desde pequeña, continúa la tradición familiar, estableciéndose como directora y productora.
El trauma como una fuente de creatividad
Por otro lado, la vida de Lana refleja el turbulento siglo XX. Su padre fue ejecutado durante el terror estalinista y su madre pasó diez años en el Gulag. Lana creció con su tía y se reunió con su madre a los 17 años, un trauma que se refleja en muchas de sus películas, pero de forma más destacable en su obra maestra más conocida internacionalmente, Algunas entrevistas sobre cuestiones personales (Ramdenime interviu pirad sakitkhebze, 1978), y en Vals sobre el Petschora (Valsi Pechoraze, 1990). A pesar de su difícil infancia, comenzó a interesarse por la literatura, escribió una tesis doctoral sobre la poesía de Walt Whitman y, tras la muerte de Stalin, logró estudiar dirección cinematográfica en la VGIK de Moscú. Su trayectoria de vida está descrita en su autobiografía Qué se recuerda y cómo se recuerda…, publicada en 2021 y traducida al alemán con el elocuente título Bebí veneno como vino de Kajetia.