ENTREVISTAS

Lola Salvador — Una de las grandes guionistas del cine español

A principios del mes de julio del 2022, la Filmoteca de Catalunya invitó a la escritora y guionista Lola Salvador a presentar una retrospectiva como agradecimiento por la cesión de todo su archivo documental. Fue entonces cuando tuvimos ocasión de hablar con esta mujer que, a sus 83 años, sigue llena de energía y vitalidad, y es un ejemplo del pasado, del presente y del futuro del cine.

Nuria Vidal y Marta Armengou

Contigo empezamos un nuevo proyecto, una plataforma multimedia llamada Filmtopia enfocada a hablar del cine hecho por mujeres y sobre mujeres en un sentido muy amplio e inclusivo, tanto en lo que se refiere a la diversidad sexual y de género, como en lo que se refiere al ámbito profesional y de proyección en el tiempo. Pensamos que es necesario hablar del pasado, del presente y del futuro del cine, y tú eres un ejemplo vivo de esto. ¿Qué te parece la idea?

En cuanto al tema en concreto, tengo mis reservas. Hay algo detrás que me incomoda en cuanto al tema de las mujeres y sigue siendo un problema desde que empecé a trabajar. Nunca me he sentido, como trabajadora del cine, como curranta o como escritora, ni chica, ni chico, ni todo lo contrario. Tengo un lío. Dicho esto, queda claro que es una forma de ver las cosas, de llevarlas hacia lo que hacen las mujeres.

Yo me considero una defensora de todos los temas de las mujeres, pero no en el mundo de la creación. Aquí no lo reconozco, aquí no sé en qué se diferencia nada, no lo capto. La utopía no debería tener ningún género. El pacto con el espectador, o con ese oyente o este lector, ¿es un pacto que tiene algo nuevo, diferente de si fuera un pacto con un lector o un oyente masculino?

Queremos una audiencia muy diversa, pero de alguna manera nos gustaría marcar diferencias y creemos que sí que hace falta hacer hincapié en las cineastas, reivindicar muchas cosas del pasado que se han olvidado o que simplemente no se conocen. Este es el punto de partida fundamental.

Esto está bien. Es bueno dar a conocer trabajos de mujeres que no se han reconocido o no se conocen lo suficiente. Pero para mí tiene un sentido dudoso, lo digo para empezar provocando, que es muy propio de mí. Es necesario buscar la verdad de las cosas y ser muy sincera, muy verdadera. Siento, últimamente, que existe una preocupación en el cine con el tema de la protección. Se protege o se intenta proteger que haya mujeres en las diferentes especialidades con puntos, medidas, cuotas.

Hay algo aquí que dices: «No funciona». Quizás sí funciona, pero debería funcionar desde la profesión entera, desde todos los géneros, desde toda la sociedad que trabaja en ello, no separándolo. Creo que tiene el peligro de convertirse en pequeños guetos, o pequeñas cosas raras. No sé, tengo muchas dudas y muchos problemas con esto.

Estás en Barcelona por un motivo muy concreto. Has entregado todo tu fondo documental a la Filmoteca de Catalunya. Esto es muy importante, pero ¿en qué consiste exactamente este fondo?, ¿qué documentos contiene? y ¿por qué has escogido la Filmoteca de Catalunya?

Cuando haces un traslado te das cuenta de todas las cosas que acumulas al cerrar tanto la película profesional como la película de la vida. Me di cuenta de que tenía un problema que tiene muchísima gente que no viene del mundo digital, sino del papel. Tengo cajas y cajas de proyectos, cosas que he hecho y cosas que no he hecho. Casi siempre las que más me interesan son las que no he hecho. Hay un montón de proyectos.

Lo primero que pensé fue: “Esto va todo al reciclaje”. Pero después pensé que era un material que podía interesar a una escuela, a una universidad. No dejan de ser desarrollos de proyectos. Pensé en una universidad que tiene espacio para guardar papeles. Lo comenté con gente diversa y me di cuenta de que cuando decían que para ellas era un honor, en realidad querían decir que no les interesaba en absoluto. Su respuesta era: «Ya hablaremos. Hay que consultar con los bibliotecarios, no tenemos dinero para catalogar el fondo…». Hay dos clases de materiales: por un lado, cientos o decenas de cajas que están llenas de papeles, proyectos de radio, televisión, entrevistas, papel, papel y más papel. Por otro lado, están las películas que yo produje. Quería dejarlas en un lugar donde las cuidaran porque son películas poco comerciales que a mí me parecen muy buenos trabajos. Yo quiero que se queden en un sitio para que cuando vengan los marcianos, las encuentren y puedan verlas.

De todos los proyectos, me quedé con unos pocos, que no me dará tiempo, por supuesto, a terminar en lo que me queda de vida. Además, porque cada mañana se me ocurren uno o dos nuevos que me interesan. Uno de ellos estaba muy relacionado con Barcelona. Es el cuarto volumen de El olivar de Atocha, llamado Las cartas de Barcelona. Estas cartas ocupan los tres años de la guerra, justo cuando termina la trilogía. Con una, que pretende ser práctica y fantástica, tomé la siguiente decisión: “Quiero escribir esta historia y me gustaría ir de vez en cuando a Barcelona a investigar algo de aquellos años, que van del 36 al 39”. Yo nací en el 38, pero hay algo que me molesta muchísimo, no sé dónde nací.

Por eso intentaré aprovechar estas visitas para averiguar dónde fue. Sé que nací aquí, pero no sé dónde. Todo esto me llevó a hablar con Esteve Riambau y le dije: “Tengo este lío con todos estos papeles y como nací en Barcelona quizás te interesa”. Esteve, muy fantástico él, me dijo que le daba igual que hubiera nacido en Barcelona, que le interesaba el tema, y así empezó todo.

Cuando lo estaba ordenando para meterlo en cajas me di cuenta de que hay cosas que no sé lo que son. En una pone claramente: «Salvador Maldonado, guion de no sé qué», pero ni siquiera lo he leído o lo he revisado. Al mismo tiempo que ponía orden, me surgió otro proyecto que me apetecería hacer. Se trata de realizar pequeños comentarios de toda esta trayectoria profesional. Sobre todo, contar los avisos a navegantes: «esto fue un fracaso espantoso», «aquí me encontré a una gentuza de mucho cuidado», «estos eran maravillosos, pero nos trataron fatal». Hacer una especie de cuento para los futuros guionistas y gente rara como yo, que ha hecho un poco de todo. Estamos en la Filmoteca de Catalunya, esto es cine, pero yo he hecho un poco de todo. No me considero alguien exclusivamente de cine.

Me parece que soy de la vida, una aventurera que se ha ganado la vida en estos circuitos, pero no soy una chica sólo del cine. Soy una aventurera y, quizás a estas alturas, está bien explicar quién es una, no su trayectoria, qué carrera ni qué nada. Yo soy una que pasaba por allí y he tenido suerte. Eso sí, he sido muy curranta, de trabajar y trabajar honestamente.

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