La Inesperada 2024: Los vastos horizontes de la no ficción
Del 21 al 25 de febrero tuvo lugar en el cine Zumzeig, la Filmoteca de Catalunya y la sede de la SGAE, la tercera edición de La Inesperada, festival de cine focalizado en la no ficción. Un festival pequeño pero arriesgado que apuesta por mostrar obras, tanto actuales como históricas, de cineastas con una obra poco conocida en nuestro país.
El Festival, estructurado en tres secciones principales –Cuadecuc, Atómica y Supernova–, ha contado también con un espacio –Exit– para dar visibilidad e impulso a cinco proyectos catalanes de no ficción. Exit fue moderado por Margot Mecca y contó con la colaboración y el asesoramiento de Beatrice Fiorentino, Andrea Queralt y Ariadna Ribas.
Por lo que respecta a la presencia femenina en la sección Cuadecuc –centrada en films de producción catalana–, vimos una selección de cinco obras de la cortometrajista catalana Blanca Camell, que estuvo en el festival. Sus cortometrajes, la mayoría realizados entre 2017 y 2023 a caballo entre Barcelona y París, muestran a menudo personajes femeninos, aparentemente solitarios, a la búsqueda de un cierto equilibrio, jóvenes que intentan encontrar su lugar en el mundo. Con una puesta en escena que mezcla historias de ficción con elementos documentales, Camell explora la noción de deseo femenino y nos habla de mujeres que emprenden viajes emocionales, como Lara (Carla Linares), la protagonista de Castells, que, mientras observa a un grupo de castellers, se da cuenta de la perfecta metáfora de la vida que representan. En Renacuajos (2023), en cambio, Camell se desliga de la ficción y aborda el documental utilizando como material de partida los archivos familiares y su propia vida, reflexionando con esta obra sobre la fragilidad de la memoria y el peso de las imágenes en la configuración de nuestra historia. Con Camell tuvimos la oportunidad de hablar y, dentro de poco, os ofreceremos la entrevista que le hicimos.
La sección Supernova –que rescata hitos documentales del s.XX–, ha estado dedicada este año, por un lado, a la escuela de Riga (con cortometrajes de los años 70 y 80 realizados por Uldis Brauns, Ansis Epners y Herz Frank) y, por otro, a la cineasta letona Laila Pakalnina, presente en el festival, que ha mostrado algunas de sus primeras obras, realizadas en los años 90 justo tras la desintegración de la URSS. Un trabajo que se aleja radicalmente de la estética del realismo socialista y que trasciende el mero documental observacional, focalizando en la gente corriente y la importancia de los pequeños gestos mediante una cuidada fotografía en blanco y negro. Un camionero que entrega ropa limpia a un hospital infantil, una repartidora de correo comercial, un ferry que solía conectar Bielorrusia con Letonia o personas anónimas que escuchan fragmentos de La Flauta Mágica de Mozart, son algunos de los temas y personajes abordados por la obra más temprana de Pakalnina.
Una de las sesiones de Atómica estuvo conformada por cinco cortometrajes del año 2023 realizados por mujeres cineastas de diversas nacionalidades. La sesión, titulada Mundos poco perceptibles, ha mostrado obras de Viktoria Schmid (Austria), Shambhavi Kaul (India), María Castan de Manuel (España), Alice Brygo (Francia) y Maryam Tafakory (Irán). En todas ellas se muestra un verdadero interés por la imagen y su materialidad, por la experimentación tanto formal como narrativa. Todas las obras nos muestran las múltiples dimensiones que pueden tener las imágenes, algunas más perceptibles que otras, desde la reconstrucción mediante fotogrametría y escenografía sonora de la multitud que observaba cómo ardía la catedral de Notre-Dame en Le mal des Ardants (Alice Brygo), pasando por el uso del material de archivo familiar que hace Maria Castan de Manuel o la reflexión de Maryam Tafakory en Mast-del sobre la censura en Irán y la influencia que el cine puede ejercer sobre la sociedad.