Crítica — No estás sola. La lucha contra la manada: La crónica de un caso y un movimiento que cambió el concepto de violación

A primera vista, No estás sola: la lucha contra La manada podría parecer otro true crime alrededor de un caso reciente con un gran eco mediático, que se reconstruye a partir de recapitular con pelos y señales todos los acontecimientos con base en la documentación disponible y entrevistas con todas las personas implicadas. Pero el documental que proponen Almudena Carracedo y Robert Bahar (El silencio de otros, 2018) no se centra en revisar la violación que tuvo lugar en Pamplona durante los Sanfermines de 2016 para aclarar o denunciar posibles errores en la investigación, en el proceso judicial o en la cobertura mediática, como a menudo hacen los true crimes. La pareja de cineastas han trabajado con otro objetivo. En primer lugar, quieren explicar los hechos por primera vez desde la perspectiva de las dos víctimas de La Manada, la de Pamplona pero también la de Pozoblanco. A partir de aquí, despliegan la crónica de cómo estas agresiones sexuales, su tratamiento por parte de algunos medios y la primera sentencia judicial sobre el caso hicieron detonar un movimiento colectivo que estalla en las calles y en las redes, y provoca una serie de cambios clave en la concepción de la violencia sexual tanto en la sociedad española como en el ordenamiento jurídico. 

Carracedo y Bahar han trabajado durante más de tres años en secreto para tejer una narración que pone en el centro la perspectiva de las dos víctimas, sin exponerlas. A través de testimonios extraídos de declaraciones judiciales, entrevistas y cartas, y con la colaboración de dos actrices que les prestan la voz, Natalia de Molina («Lucía», nombre ficticio de la chica violada en Pamplona) y Carolina Yuste («Paloma», así se identifica la chica agredida en Pozoblanco). Ya delante de la cámara también se convoca a la mayoría de personas implicadas en el caso, excepto a los agresores. Desde agentes tanto de la policía municipal de Pamplona como de la policía foral de Navarra; la fiscal Elena Sarasate; la abogada de la familia de «Lucía», Teresa Hermida; el entonces alcalde de Pamplona, Joseba Asiron; la portavoz de la Plataforma de mujeres contra la violencia machista, Iratxe Álvarez; así como otros representantes de colectivos por la defensa de los derechos de las mujeres y del mundo de la judicatura. 

El arranque del documental se ajusta todavía a la idea de true crime en tanto reconstrucción detallada y cronológica de los hechos con mucha información adicional, sobre todo vídeos como el del momento en que la policía acude a encontrarse con la víctima después de la primera denuncia y las grabaciones hechas por La Manada durante las horas previas a la violación. El primer giro en la película llega cuando la policía descubre el vídeo que demuestra que La Manada ya había agredido antes, y se reconstruye el caso de la «Paloma» de Pozoblanco. Por otro lado, el film recuerda otro crimen machista anterior, el intento de  violación y posterior asesinato de la joven Nagore Laffage en manos de José Diego Yllanes también durante unos Sanfermines, el año 2008. La madre de Nagore, Asun Casasola, se añade como testigo al documental. De este modo, la película pasa de centrarse en el que podía parecer un caso único a dibujar un patrón de violencia machista que no se reconoce como tal ni por parte de los agresores ni, hasta hace poco, tampoco desde el punto de vista judicial. 

Por otro lado, No estás sola también traza la reacción popular a partir de estos crímenes y cómo arrancan una nueva ola feminista que toma las calles pero también las redes sociales para demostrar la dimensión colectiva y compartida de la violencia machista a través de un #MeToo con etiquetas propias: #cuéntalo, #noestássola, #yosítecreo. Una lucha por los derechos de las mujeres que se acentúa después de la primera sentencia contra La Manada, que reduce la agresión a categoría de abuso. Esto comporta una nueva etapa en el combate por la reevaluación del concepto de violación a nivel jurídico, que se gana cuando el Tribunal Superior revisa la sentencia y establece definitivamente que aquello fue una violación. Una victoria no del todo definitiva, pero que marca un hito en la consideración y la persecución de la violencia sexual en el estado español. El film también recoge en su tramo final las posiciones reaccionarias y agresivas contra la víctima y contra el movimiento feminista que le dio apoyo. Un recordatorio del que no se puede bajar la guardia dentro de un documental que sabe recoger de qué manera resonó en tantísimas mujeres (y hombres) el caso de La Manada, cómo se articuló la respuesta y hasta qué punto los cambios y los avances en la lucha contra la violencia machista son posibles y reales.